París.- Nunca antes el aniversario de una publicación había sido tan amargo para sus periodistas. Nos tendríamos que remontar al caso «Watergate» y el Washington Post para encontrar un momento histórico en el que un medio de comunicación sea tan protagonista de la noticia.
El semanario satírico Charlie Hebdo cumple medio siglo, en la quinta semana del juicio, por los atentados que en enero de 2015 acabaron con la vida de 17 personas y tan solo cinco días después de que un terrorista, que actuaba solo, atacara con un cuchillo a dos periodistas de una agencia de noticias junto a la antigua sede del semanario.
«Charlie Hebdo, 50 años de libertad de expresión», reza la portada del número especial publicado este miércoles y que marca el número 1471 de la revista. «Charlie celebra sus cincuenta años» se lee al lado de una imagen caricaturizada que muestra un pastel de cumpleaños con un cuchillo de grandes dimensiones clavado.
Detrás de la tarta aparece un terrorista encapuchado diciendo: «He venido para cortar el pastel», en clara referencia al atentado del viernes pasado, motivado, según ha confesado el autor, por la republicación de las caricaturas en septiembre, coincidiendo con el inicio del juicio a los cómplices de 2015 que se prevé que finalice el 10 de noviembre.
La irónica revista estuvo en el punto de mira del yihadismo repetidas veces por sus publicaciones, pero el año 2006 está marcado en el calendario islamista por la republicación de unas caricaturas aparecidas en el periódico danés «Jyllands-Posten», que ironizaban sobre la figura del profeta Mahoma y que desencadenaron el ataque de 2015.
La nueva ubicación del semanario es uno de los secretos mejor guardados de la redacción por motivos de seguridad después de enero de 2015. Una decisión que cobró todo su sentido después del nuevo ataque al número 10 de la Rue Nicolas-Appert, en el distrito XI de la capital francesa.
«La noticia de un nuevo atentado cometido a dos pasos de la antigua sede de la revista nos llena de rebeldía pero también de determinación», expresa el director del semanario, Laurent Sourisseau, conocido como «Riss» en el editorial de este número especial marcado por el nuevo ataque y el juicio.
El proceso contra los cómplices de los terroristas se prevé que finalice el próximo 10 de noviembre. Más de dos meses
Para el director, el tiempo de reprochar a «Charlie» la publicación de las polémicas caricaturas «ya ha pasado». «Parece que la sociedad francesa finalmente ha comprendido que esta historia es tan solo la punta del iceberg». El verdadero objetivo del islamismo, escribe Riss, es el de acabar con la democracia.
Lo que queda del «JE SUIS CHARLIE»
El editorial de los 50 años de la revista recuerda el manifiesto en favor de la libertad de expresión, que más de un centenar de medios franceses llevaron la semana pasada en sus portadas en defensa a «Charlie Hebdo» por las nuevas amenazas recibidas y pronostica que pasará a la historia por su transversalidad.
Un nuevo cierre de filas mediático que no se veía desde el famoso «Je suis Charlie», «Yo soy Charlie». El cántico que corrió como la pólvora por todo el mundo, se estampó en camisetas, bolígrafos, y algunos se llegaron incluso a tatuar en solidaridad a la masacre de 2015 contra la revista y de un supermercado judío.
Cuatro días después de aquellos sangrientos atentados, más de cuatro millones de personas desfilaron por las calles de Francia portando la enseña y con la presencia en París de 50 líderes mundiales que convirtieron la capital francesa, a opinión del presidente de entonces François Hollande, en la capital del mundo.
Convertida en una especie de estandarte de la lucha contra el fundamentalismo islámico, pero criticada por posturas a veces recuperadas por la extrema derecha, la propia redacción de «Charlie» ha lamentado en sus páginas sentirse abandonada.
«Creo que ‘Charlie’ vuelve a estar solo. No hay ninguna solidaridad. El mundo olvida, como siempre, y se ha hecho más difícil», dijo el periodista Philippe Lançon, que contó en su libro «El Colgajo» el ataque y la veintena de operaciones a la que tuvo que someterse para que le reconstruyeran la mandíbula.
Cinco años después de aquellos sangrientos atentados y 15 años después de la publicación de las caricaturas, el Instituto de Estudios de Opinión Francés llevó a cabo un sondeo cuyo resultado, publicado el 1 de septiembre, refleja que el 40 % de los franceses encuestados no están de acuerdo con las publicaciones de las caricaturas del profeta.
El abogado del semanario, Richard Malka, especializado en la defensa de la libertad de expresión, se preguntaba en una entrevista en la revista «Le Point», si alguien se ha atrevido a publicar un libro o producir una película que ose criticar al islam desde 2015. Por ello, cree que los autores del atentado, los hermanos Kouachi, y todos los que les defienden «han ganado la batalla».
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