Asunción, Paraguay. Dueño de un potente remate de pierna izquierda que lo llevó a convertir más de 50 goles de pelota parada, el paraguayo José Luis Chilavert marcó un antes y un después en la historia del fútbol.
Allí conversó con Efe de muchos asuntos, entre ellos su deseo por presidir la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) o, más importante aún, su país a partir de 2023.
PREGUNTA: ¿Que significa ser padrino de una acción solidaria como esta que se está llevando a cabo en Uruguay?
RESPUESTA: La relación que tengo con el Colegio Cervantes es maravillosa hace muchos años y siempre ayudamos a hogares carenciados y a colegios. A veces uno piensa que solamente ayudar a una finalidad es con dinero, pero también hay mucha gente que necesita alimentos, ropa, o comprar las tecnologías que necesita una escuela es una manera de ayudar.
Como yo nací es una cuna humilde y, gracias al fútbol estoy en una situación de privilegio, trato de siempre ayudar.
Yo estoy acostumbrado a trabajar también en mi país. En Paraguay trabajo con 170 médicos de todas las especialidades de la promoción 83. Elegimos lugares muy humildes de Paraguay, ellos hacen atención médica gratuita a la gente; mientras tanto, yo doy charlas de motivación y liderazgo para los niños.
P: ¿Por qué hace todo esto?
R: Nací en una cuna humilde, pobre, mis padres siempre se sacrificaron para que a los cuatro hijos no les faltara nada. Yo siempre digo que soy un amigo de dios, que dios me dio esa posibilidad de jugar al fútbol, de romper los moldes del mundo del fútbol, de tener un prestigio que me costó ganarlo y hacerme respetar en un mundo tan complicado y difícil, donde los valores para muchos hoy tienen precio. Para mí, mis valores no tienen precio. Para muchos, Chilavert es una persona muy frontal, muy soberbia, pero los que están alrededor mío saben la clase de persona que soy y eso para mí es lo más importante.
P: ¿Cree que los jugadores y exjugadores deben llevar adelante más acciones solidarias?
R: Eso pasa por la persona, depende del sentimiento. Algunos lo buscan para figurar y otros lo hacen a veces porque lo sienten. Yo lo hago de corazón, por el sentimiento. Yo ahora dejé a mi familia, dejé mi trabajo para poder estar acá, pero para ayudar a los chicos siempre hay que estar dispuesto.
P: ¿Hay un antes y un después de Chilavert en el fútbol?
R: Creo que he dejado un legado en el mundo del fútbol, en la manera de poder ganar un partido. Hoy en día es muy difícil encontrar un arquero que pueda influenciar en el rival y también en el sistema. Cuando yo jugaba, los técnicos les decían a sus jugadores: ‘por favor no hagan faltas al borde del área, porque enfrente tenemos a Chilavert’. Hoy en día es muy difícil que un arquero pueda tener esa relevancia.
P: ¿Le quedó alguna espina clavada?
R: No haber salido campeón del mundo con Paraguay. Yo creo que el equipo de Francia 1998, si hubiésemos tenido un poco de fortuna podíamos llegar mucho más lejos.
P: Estuvieron cerca de hacer historia allí…
R: Cuando llegamos a Francia, los franceses no sabían de dónde éramos, nos preguntaban de qué país y le decíamos: ‘de Paraguay’. Le dibujaba que estamos en el corazón de América del Sur. Después de ese partido, los franceses saben dónde está ubicado Paraguay, porque les dimos guerra hasta el final. Cuando faltaban cinco minutos para ir a los penales, los fanáticos franceses se iban del estadio, no los querían ver.
P: ¿Cómo fue levantar a sus compañeros ese día?
R: Eso es el mensaje que les di a los niños. No hay que mirar la derrota como un enemigo. Esto es un deporte, se puede ganar o perder. Cuando convierte Laurent Blanc yo vi que no teníamos revancha y también me caí. Cuando me di vuelta, mis compañeros estaban en el piso y era como si fuera una tragedia, como si estabas en la guerra y perdiste a tus hombres. Paraguay no podía dar esa imagen de estar desolado. Yo me levanté, fui a cada uno de ellos y les dije que me sentía orgulloso de tener compañeros como ellos y que había que estar arriba, porque la fortuna había estado del lado de Francia.
P: ¿Le gustaría volver a la selección paraguaya en algún cargo?
R: Algún día puede ser mánager, no lo descarto, pero seguramente pronto el mundo del fútbol va a tener una noticia buena para poder transparentar el fútbol en Sudamérica, sería muy importante la unión y que todos los presidentes de cada país puedan juntarse y resolver entre todos, porque hoy en día el fútbol sudamericano está manejado por personajes nefastos, que matan al fútbol.
P: ¿Ocuparía un cargo como dirigente?
R: En el mundo del fútbol me metería apuntando a ser presidente de la Conmebol o a ser presidente de mi país en 2023.
P: ¿Le gustaría ser presidente de Paraguay?
R: A cualquier persona le encantaría ser presidente de un país. Obviamente hay que ver cómo cae la figura de uno a la gente, hay que hacer encuestas, resolver que la política no es fácil. Sí está claro que no me gustaría que mi país cayese en manos del populismo, como pasa en Venezuela y puede pasar en la Argentina. Sería una pena que Argentina volviese al populismo.
P: ¿Opta por alguno de los dos cargos?
R: Puede ser la Presidencia de mi país o la Conmebol, me tengo que decidir por uno o por otro. Lo diré en el momento, hoy en día es un 50-50. Yo sé lo que es mi imagen en mi país, yo sé lo que puedo dar, pero hay que buscar un equipo ideal y eso es lo que es difícil dentro del mundo de la política, tener hombres leales.
P: Jugó en Argentina, Paraguay y Uruguay, tres países que piensan formar parte de la organización de un Mundial en 2030. ¿Qué le parece ese torneo?
R: Yo estoy en contra del Mundial 2030 organizado por mi país, yo te puedo hablar de mi país. Yo prefiero que en Paraguay construyan hospitales, carreteras y escuelas. Creo que hay muchas cosas más importantes que organizar una Copa del Mundo. Yo prefiero gastar ese dinero en educación y salud y no en hacer un partido de fútbol.
P: ¿Qué balance hace de su carrera?
R: Es lo máximo, porque salí de una cuna humilde y gané todo. Todos los torneos que tuve la oportunidad de jugar ganamos, salvo la Copa del Mundo con Paraguay.
P: ¿Cuál fue el punto más alto que tuvo?
R: Creo que el Mundial de Francia 1998 fue terrible, fue el mejor momento de mi carrera. Con Vélez Sarsfield también, cuando jugamos la final del mundo contra el Milán en Japón. Fue una final terrible contra un equipo poderosísimo que le ganaba a todos en Europa y Vélez le ganó 2-0.
EFE
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