El ministro de Comercio chino, Wang Wenato, prometió hoy que el país asiático «reducirá las restricciones» a la inversión extranjera y garantizará un «trato nacional» para los inversores del exterior en más sectores.
Según Wang, China «acelerará la apertura del sector de los servicios más modernos», para lo cual actualizará «de forma razonable» la lista con los sectores restringidos a la inversión extranjera, la llamada «lista negativa», que contiene las actividades limitadas o cerradas a la inversión.
El ministro, citado por el diario oficialista Global Times, aseguró que el país busca «optimizar» el entorno de la inversión extranjera, así como «implementar de manera exhaustiva la Ley de Inversión Extranjera -aprobada en 2019- y sus regulaciones», dijo.
Wang agregó que el Ejecutivo chino tratará de dar respuesta a algunas de las quejas que plantean las empresas con fondos extranjeros.
«Estudiaremos e introduciremos políticas y medidas para garantizar la participación equitativa de las empresas con fondos extranjeros. También aumentaremos la protección de los derechos e intereses legítimos de los inversores extranjeros para crear un ambiente de negocios de primera clase, orientado al mercado, regido por la ley e internacionalizado», aseveró el ministro.
La reducción de los sectores o actividades vetados o restringidos a la inversión exterior ha sido en los últimos años uno de los campos de batalla de las empresas extranjeras presentes en China, especialmente las europeas y estadounidenses.
Esas compañías, junto con sus gobiernos o con instituciones de la UE, se han quejado a Pekín de la falta de reciprocidad en el acceso de las empresas a sus respectivos mercados, dado que las firmas chinas gozan de subsidios y de muchas más libertades para operar, invertir o comprar entidades en sus territorios.
El pasado octubre, el gobernante Partido Comunista (PCCh) prometió en su XX Congreso «ampliar inexorablemente» su apertura e impulsar una globalización «más beneficiosa para todos».
Este domingo comienza la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), en la que China dará a conocer las previsiones de crecimiento para 2023.
Según algunos analistas, podría fijarse en torno al 5 % después de crecer un 3 % en 2022, una de las tasas más bajas en décadas.
Las autoridades deberán también fijar un objetivo de déficit fiscal en un momento en el que el país busca revitalizar su economía tras el impacto de la política del ‘cero covid’, que el año pasado lastró con fuerza la actividad debido a las restricciones y los estrictos confinamientos impuestos ante la propagación del virus.
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