París, Francia. El gasto en ciencia y el número de investigadores en el mundo crecieron entre 2014 y 2018, pero con muchas disparidades, según la Unesco, que destaca que China y Estados Unidos afianzaron su liderazgo.
Esta es la principal conclusión del informe sobre la ciencia publicado este viernes por la Unesco, que constata que el gasto en Investigación y Desarrollo (I+D) a escala mundial aumentó un 19% en ese periodo, en tanto que el número de investigadores se incrementó en un 13,7%.
El informe alerta de que Estados Unidos y China por sí solos son responsables de casi dos tercios de esa progresión (un 63 %), mientras las cuatro quintas partes de los países van muy por detrás e invierten menos del 1 % de su producto interior bruto (PIB) en investigación científica.
Si Estados Unidos invertía en 2018 el 2,84 % de su PIB y China el 2,19 %, Latinoamérica dedicaba de media apenas el 0,66 %. La Unión Europea también se quedaba por detrás de las dos grandes potencias, con el 2,03 % de su PIB en I+D.
Brasil, que en el informe se analiza separado del resto de Latinoamérica, gastó en I+D el 1,26 %.
En el documento, titulado «The race against time for smarter development» (La carrera contrarreloj hacia un desarrollo más inteligente), la Unesco indica que la inteligencia artificial y la robótica son áreas particularmente dinámicas.
Solo en 2019 se publicaron casi 150.000 artículos sobre esos dos campos temáticos. Los países de ingresos medios y bajos aceleraron su contribución a esas publicaciones, al pasar de representar 12,8 % en 2015 al 25,3 % en 2019.
La Unesco hace hincapié en que «hay ámbitos decisivos de la investigación que sin embargo atraen inversiones mucho menores».
«En 2019 la investigación sobre la captación y el almacenamiento de carbono dieron lugar únicamente a 2.500 artículos, 60 veces menos que la inteligencia artificial», ejemplifica.
Asimismo, el campo de las energías sostenibles también está poco explorado, ya que en 2019 representó únicamente el 2,5% de las publicaciones mundiales.
«Los desafíos actuales –ya sean relacionados con el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, el deterioro de la salud de los océanos o las pandemias– son ahora planetarios y, por tanto, precisan movilizar a científicos e investigadores del mundo entero”, subraya la directora general de la Unesco, la francesa Audrey Azoulay.
Los autores del estudio señalan también la baja presencia femenina: unicamente el 22% de los efectivos empleados en inteligencia artificial son mujeres.
Eso -avisan- constituye «una traba que no es únicamente actual, sino también futura, porque no podemos dejar que la ciencia del futuro reproduzca o incluso amplifique las desigualdades de la sociedad».
EFE noticias
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