Venezuela, como una nación con una geografía diversa que abarca desde las imponentes cumbres andinas hasta las extensas llanuras y las exuberantes selvas amazónicas, se encuentra actualmente en el corazón de su temporada de lluvias de 2025. Esta época del año, si bien es vital para el ciclo hidrológico del país, también trae consigo desafíos significativos, manifestándose en precipitaciones intensas y un aumento en los incidentes relacionados con desastres naturales.
Lo que va de junio ha sido un claro ejemplo de la compleja interacción entre los fenómenos meteorológicos y la vulnerabilidad de las comunidades, con un impacto notable en diversas regiones del territorio nacional.
El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) ha sido la voz principal en el seguimiento y pronóstico de estas condiciones climáticas. Sus informes recientes destacan la presencia constante de ondas tropicales, que son los principales motores de las precipitaciones que azotan el país.
Radiografía de afectaciones
Los daños causados por estas lluvias no se han hecho esperar, y varios estados han sentido con fuerza el impacto. Uno de los más golpeados ha sido Táchira, en la región andina. La situación allí ha sido alarmante, con reportes del 16 de junio de 2025 que indican el colapso de más de 20 viviendas.
Este lamentable suceso ha puesto en «alerta» a al menos diez municipios del estado, activando a los funcionarios del sistema de riesgo en las 29 jurisdicciones de esta entidad. La topografía montañosa de Táchira, sumada a la intensidad de las lluvias, lo hace particularmente susceptible a deslizamientos de tierra y crecidas de ríos.
Otros estados de la Región Central y los Llanos también han sido impactados. En Lara, la situación ha requerido el despliegue de operativos de atención inmediata por parte de Protección Civil para mitigar los daños.
Hacia la costa y el centro, Carabobo ha sentido los efectos de las precipitaciones, con efectivos de Protección Civil desplegados para atender cualquier emergencia. La Guaira, con su ubicación costera, se ha mantenido en constante estado de alerta ante la posibilidad de nuevas precipitaciones que afecten su infraestructura y sus vías.
Por otra parte, hacia el sur, en los Llanos, Portuguesa y Apure también han recibido su cuota de precipitaciones, al igual que Guárico y Cojedes en los Llanos Centrales. Ante este panorama, las autoridades venezolanas han reiterado la importancia de la prevención y la cautela. Se ha exhortado a la ciudadanía a evitar acercarse a ríos y quebradas, ya que sus niveles pueden crecer repentina y peligrosamente.
La recomendación de mantenerse informado a través de los canales oficiales del Inameh y Protección Civil es crucial, ya que las condiciones meteorológicas pueden cambiar rápidamente, requiriendo respuestas ágiles y coordinadas. La temporada de lluvias continuará generando condiciones inestables en el país, lo que demanda una preparación constante y una conciencia colectiva sobre los riesgos asociados.
Enfrentar esta realidad climática requiere un esfuerzo mancomunado entre las autoridades y la ciudadanía. La resiliencia de las comunidades se pone a prueba cada vez que las lluvias azotan con fuerza, y la capacidad de respuesta inmediata y la planificación a largo plazo son fundamentales.
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