El «muy severo» ciclón Mocha dañó unas 10.000 viviendas y destrozó 278 campamentos rohinyás a su paso por Bangladesh, según informaron este lunes las autoridades locales, mientras que se cobró la vida de ocho personas en la vecina Birmania (Myanmar) de acuerdo con datos de organizaciones humanitarias.
«Según el informe principal, el ciclón dañó parcial o totalmente más de 10.600 casas, incluidas más de mil en la isla de San Martín. Seguimos con nuestra evaluación», dijo a EFE el director general del Departamento de Gestión de Desastres de Bangladesh, Mizanur Rahman.
El ciclón Mocha tocó ayer tierra entre la costa sur de Bangladesh y el oeste de la vecina Birmania, con vientos sostenidos de casi 150 kilómetros por hora que provocaron una gran devastación especialmente en la pequeña isla turística bangladesí de San Martín.
«Alrededor de las 14:00 horas, el techo de hojalata de mi casa voló. De alguna manera sobreviví y corrí en busca de refugio. El viento y la lluvia arrasaron muchas casas y árboles en nuestra isla. No hemos visto nada como esto en nuestra vida. Alrededor de 900 familias en la isla ahora están sin refugio», relató a EFE por teléfono uno de los residentes de San Martín, Nur Mohammad.
El impacto en los campamentos de refugiados rohinyás del sureste del país también fue inmenso, y la tormenta destruyó por completó 278 asentamientos y dañó otros 2.548, según un informe elaborado por la oficina del Comisionado de Ayuda y Repatriación de Refugiados.
Además, 32 centros de aprendizaje, un centro de salud y 29 mezquitas también resultaron afectadas, mientras que el ciclón provocó deslizamientos de tierra en 120 puntos del interior de los campamentos, según relató a EFE el comisionado de Ayuda y Repatriación de Refugiados, Mizanur Rahman.
En Birmania, el ciclón se saldó con al menos ocho muertos según informes iniciales recogidos por la organización humanitaria Oxfam, si bien de momento no hay un balance oficial de muertes.
Según Oxfam, los fuertes vientos devastaron una zona repleta de campamentos de refugiados internos donde la población ya padecía problemas de alimentación, saneamiento y acceso a agua potable.
La aproximación de Mocha propició la evacuación de miles de personas a refugios, instalaciones gubernamentales, o escuelas, a expensas de las agencias humanitarias en las zonas costeras de Bangladesh y Birmania para los insumos básicos y alimentos.
La situación en los campamentos de refugiados rohinyás en Bangladesh, con casi un millón de personas viviendo en muy precarias condiciones, fue una de las principales preocupaciones de las agencias humanitarias, y la mayoría fueron reubicados en zonas más seguras dentro del mismo campamento, en escuelas, oficinas y otras instalaciones.
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