Miami.- Películas cubanas olvidadas o censuradas, como las que realizaron en los años 60 los cineastas Nicolás Guillén Landrián (1938-2003) y Fausto Canel, engrosan una lista de filmes para ver que la página de Facebook «Cine cubano en cuarentena» ofrece para así paliar el aislamiento producido por el nuevo coronavirus.
«Ayudemos a que los espectadores descubran nuestros filmes en este período de reclusión y aislamiento. No importa el año de producción ni la duración del metraje ni el género ni el formato», piden los organizadores del sitio virtual.
A un simple clic, se pueden encontrar joyas cinematográficas poco difundidas como el documental «Coffea Arábiga» (1968), que Guillén, un rebelde para su época, realizó por encargo y que el cineasta cubano Manuel Zayas se ha dedicado a investigar.
Una ópera prima que paso al olvido involuntario
Cuatro años antes del rodaje de «Coffea Arábiga», Fausto Canel, entonces un joven cineasta, filmaba con entusiasmo su ópera prima «Desarraigo».
Ahora «resucitado», es un largometraje de ficción sobre la realidad de la Cuba en revolución de 1964, vista por un ingeniero argentino y una arquitecta cubana que luchan por mantener su amor en medio de la vorágine.
Pero esta película no duró más de una semana en cartelera porque «atacaba a la burocracia de una manera bastante directa», dice Canel, actualmente jubilado en Miami.
«Recibo con beneplácito que hayan puesto mi película en esa cuarentena de directores», dice el cubano y aclara que su cine, completamente censurado en la isla desde que se exilió en 1968, ha tenido últimamente una suerte de rescate gracias al interés de dos promotoras muy particulares.
Son ellas la actriz Lynn Cruz y la reconocida artista plástica Tania Bruguera, quienes organizaron en Cuba una retrospectiva con películas de Canel.
«¡Las vueltas que da el mundo. No me hubiera imaginado esto!», exclama Canel, de 80 años, al teléfono de su vivienda.
«Me fui de Cuba y nunca más vi esa película («Desarraigo»), hasta que un estudioso francés (Emmanuel Vincenot) va a Cuba y compra una copia clandestina y la saca de allí», detalla.
Esto sucedió, dice, después del año 2000. Vincenot le envió por correo una copia en DVD «mal hecha y cortada por los lados».
«Desarraigo» se adentra en los problemas con las piezas de repuesto de una planta de producción de níquel en la provincia de Holguín. Los roles principales fueron interpretados por Sergio Corrieri, Yolanda Farr, Reinaldo Miravalles y René de la Cruz.
Se filmó en blanco y negro y se pasó solo una semana en un cine de La Habana hasta que la censuraron.
La vorágine de sembrar café
El documental «Coffea Arábiga» fue patrocinado por el Gobierno cubano para hacer propaganda sobre cómo se sembraba el café en la isla, pero termina por derroteros diferentes e incluye una burla a Fidel Castro.
«Es el mejor documental que se ha hecho en Cuba y curiosamente se hizo por encargo, aunque se volvió una especulación sobre la realidad cubana y el absurdo que había», dice rotundamente el crítico de cine Alejandro Ríos.
«El documental incluye en su banda sonora (la canción de los Beatles de ese mismo año) ‘The Fool On The Hill’ (El tonto de la colina) y más clara no puede ser la referencia», agrega Ríos, quien asistió al velorio de Guillén en Miami y ha organizado en esta ciudad varias retrospectivas sobre la obra del cineasta marginado.
«Los jóvenes lo redescubren y se quedan fascinados sobre su creatividad», agrega el también conductor de «Pantalla indiscreta», un programa que transmite desde Miami Televisión Martí.
Para Ríos, la iniciativa del cine en cuarentena «es una alternativa a la Muestra de Cine Joven (de La Habana) que se come a sí misma», y que por primera vez se suspendió por otras razones no relacionadas con la pandemia.
Precisamente, quien ideó «Cine cubano en cuarentena», el cineasta José Luis Aparicio, es el director de «Sueños al pairo», un documental censurado hace pocos días y que debía participar en la décimo novena Muestra de Cine Joven.
La censura trajo como consecuencia que varios realizadores sacaran sus obras del concurso y a finales de febrero se cerrara el evento.
Ríos, no obstante, piensa que el proyecto presentado en Facebook debe «abrirse para que el pueblo acceda a él» por la falta de conexión a la red de redes que existe en la isla.
«Hasta ahora quienes responden son personas conectadas que tienen la posibilidad de tener acceso a internet. Quisiera saber si los cinéfilos, más que los cineastas, tienen acceso a esto», acotó.
La carne que falta en Cuba
Entre lo que está disponible en línea y promueve la red social, Ríos también destaca el título también censurado «Operación Alfa o Lo que le pasó a Benito Manso» (2011), un falso documental de Ricardo Figueredo que afirma en tono satírico que «la carne en Cuba falta por una conspiración mundial».
«Si no existieran alternativas, nadie sabría quién es este hombre (Figueredo). Creo que mientras más caminos se abran, mejor. El cine que está aquí es independiente», agregó Ríos vía telefónica, pues como muchas personas se encuentra trabajando desde casa.
En «Cine cubano en cuarentena» también puede encontrarse, a un clic, «La singular historia de Juan Sin Nada» (2017), del propio Figueredo, con el patrocinio del Festival Sundance de cine independiente y que se encuentra disponible en YouTube.
En la iniciativa para la cuarentena, los mismos realizadores ofrecen el código de acceso si acaso determinada película estuviera restringida en internet.
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