Puerto Ordaz.-Clase obrera marchó desde la redoma de Makro por toda la avenida Guayana, hasta el edificio de la Corporación Venezolana de Guayana, para pedir mejoras salariales; también exigir que cese la persecución en contra de la dirigencia sindical.

Trabajadores de Sidor, Venalum, Corpoelec, Ferrominero Orinoco, Alcasa, Carbonorca, Bauxilum, entre otras fábricas. Dicen que están claros que las marchas y protestas momentáneas no dan resultados.

Exhortaron a la dirigencia sindical para afinar otro tipo de estrategias que puedan obligar al Gobierno a sentarse con la clase obrera.

Cuentan que el Ejecutivo Nacional, los desmejoró al quitarles de un plumazo las contrataciones colectivas, cuyo derecho perdieron desde que se instaló Nicolás Maduro.

Uno de los siderúrgicos apuntó que sienten miedo de salir a reclamar sus derechos por lo que ha pasado con Rubén González,  quien ha sido encarcelado en reiteradas oportunidades por defender a la clase obrera.

Fernando Serrano de Sutralum, Maritza Moreno, presidente del Colegio de Enfermeras, denunciaron sobre las desmejoras del personal que labora en las empresas básicas.

La dirigencia sindical cree que es el momento de retomar los reclamos contractuales que les fueron arrebatados bajo engaño. Igual, por la crisis que enfrenten las familias venezolanas.

Clase obrera golpeada

Marcos Palacios, quien trabajó por 31 años en el área de Laminación en Frío de la Siderúrgica del Orinoco, como operador, exclamó que el Gobierno, tiene que reactivar las discusiones de las contrataciones colectivas y beneficios que les quitaron, como: HCM, retroactividad de las prestaciones sociales, entre otros logros laborales.

Desde el año pasado fue desactivado y lo enviaron a su casa de “cuarentena”. La semana pasada recibió sólo 14 millones de bolívares, mientras que el pago de su quincena era de 26 millones de bolívares.

Tiene tres hijos, uno de ellos, estudiaba el cuarto semestre de ingeniería en sistema, tuvo que sacarlo de la universidad porque no podía seguir pagándole los estudios.

Anteriormente la siderúrgica tenía una nómina aproximada de 24 mil trabajadores, luego se redujo, actualmente laboran más de mil obreros; ocho mil están cesantes.

Celso González, operador de Planta de Carbón en Venalum y con 30 años de servicio, está en las mismas condiciones.  Su quincena es 18 millones de bolívares, alimenta a sus ocho hijos haciendo milagros.

Supone que la poca convocatoria a la marcha se debe al temor que tienen sus compañeros de quedar por completo sin empleo, “a pesar que lo perdimos todo, prestaciones sociales, utilidades, regalos y otros beneficios; seguimos con miedo”, acotó el trabajador del aluminio.

Bladimir Martínez Ladera/Wilmer Barrero

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