Las aguas negras corren por zanjas que los mismos vecinos tuvieron que hacer. Foto: Níger Martínez

Lugareños de la urbanización Antonio José de Sucre UD 104, parroquia Simón Bolívar de San Félix, viven angustiados por el desbordamiento constante de las bocas de visitas del sistema de aguas residuales, que genera un hedor insoportable, especialmente para los adultos mayores, quienes se encuentran entre los más vulnerables.

Con más de 60 años desde su fundación, la red de alcantarillado de la comunidad está deteriorada y requiere un reemplazo urgente. Los desbordes son permanentes y las aguas negras corren por todas las calles, desembocando en un colector de aguas pluviales ubicada en la carrera Gonzalo de Campos, desde donde continúa su recorrido hacia el sector El Mangal.

El problema se origina en la carrera Reinoso y se extiende por las carreras Diego de Lozada y Cáceres. Ante la falta de respuesta oficial, los vecinos han optado por abrir zanjas en las vías para evitar que las aguas residuales inunden y dañen las calles.

La mayoría de las bocas de visita se han convertido en fuentes permanentes de aguas negras y olores fecales, que afectan la calidad de vida de los residentes y se han vuelto un “habitante” más del sector, según denuncian los afectados. Esta situación representa un riesgo sanitario y ambiental que urge ser atendido por las autoridades locales.

Carrera Gonzalo de Campos, es una de las vías colapsadas, todas las aguas residuales corren por esta importante arterial vial

Un dolor de cabeza

Según, cuenta una  vecina que el problema se hizo un dolor de cabeza en el sector que ellos no saben cómo solucionarlo a pesar de la ayuda que han solicitado a la alcaldía de Caroní, Hidrobolívar y gobernación y nadie da respuesta a la comunidad.

“Cómo única alternativa, nos unimos entre los perjudicados y abrimos zanjas en la carretera para conducir las aguas de cloacas hasta el colector que se encuentra en la carrera Gonzalo Campos”, afirmó una vecina.

Alcantarillado colapsado

Margarita Britton, educadora dijo que llegó a esta comunidad a los cinco años con sus padres, ya su madre tiene 94 años y ella 64 años; “ya el sistema no resiste más limpiezas, lo que se requiere es que sea reemplazado”, apuntó.

Dice que se cansaron de ir a Servicios Patrióticos, que está ubicado en la calle Diego Osorio de esta misma comunidad a pedir ayuda, “el camión hacía la limpieza y a los pocos minutos volvía el agua a salir por la boca de visita”.

Con los años la situación empeora. Perjudicados dicen que son más de sesenta años que tiene este sector fundado y ellos tienen que lidiar con los olores las 24 horas del día, además, aseguran que temen por sus familiares de la tercera edad que son los más vulnerables para contraer cualquier tipo de enfermedad.

“Estamos cansados de los paliativos, no resuelven la causa de fondo. Pedimos solución no pañitos tibios”, dijo otro habitante del sector.

Margarita Britto, llegó a los cinco años a esta comunidad, actualmente tiene 64 años y su madre 94 años de edad

Falla el servicio eléctrico

Además del colapso en el sistema de aguas residuales, la urbanización UD 104 enfrenta problemas en el banco de transformadores ubicado en uno de los postes de la carrera Diego de Lozada. Cuando uno de los tabacos se recalienta, una zona del sector queda sin servicio eléctrico, afectando a numerosos residentes y generando preocupación en la comunidad.

Los vecinos señalan que el interruptor siempre muestra un punto rojo y, cuando se dispara, se interrumpe el suministro eléctrico. Ante esta situación, llaman a Corpoelec, cuyo personal reconecta el servicio.

Aunque, los perjudicados consideran que esta no es una solución definitiva. Por ello, piden el reemplazo del tabaco, porque el mismo, no es el adecuado para sostener la carga eléctrica requerida en el banco de transformadores.

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