Buenos Aires, Argentina.  El “incontenible universo” cultural de Buenos Aires, en el que confluyen todos las expresiones del arte, sumó en el barrio de La Boca “Colón Fábrica”, el espacio de exhibición de escenografías, vestuarios y utilería del repertorio operístico y de ballet del mítico Teatro Colón de la capital argentina, expuesto tal y como si “se caminara por su escenario”.

María Victoria Alcaraz, directora General del Teatro Colón, lo define como “un lugar mágico” donde se encuentran “los secretos mejor guardados del teatro”.

Allí se albergan y exhiben la esfinge de la ópera «Aida», las monumentales esculturas de guerreros de la antigua China de «Turandot», la embarcación del ballet «El corsario», entre otras tantas escenografías distribuidas en ocho estaciones, todas producidas íntegramente en los talleres del teatro.

El espacio de 7.500 metros cuadrados, inaugurado en octubre de 2021, resguarda las obras que por su tamaño eran desguazadas y que hoy pueden ser reutilizadas, compartidas con otros teatros del mundo y exhibidas al público: “es optimizar los recursos al extremo, para también defender desde ese punto de vista este tipo de arte que es tan importante”, explica a Efe Alcaraz.

“Con esto estamos logrando no solo optimizar la reutilización de los textiles, las maderas, sino también la posibilidad de desarrollar en forma sustentable la producción artística del Teatro Colón”, añade la directora.

UN RECORRIDO POR EL DETRÁS DE ESCENA

Mármol, piedra, oro, plata, hierro y madera. Nada es lo que parece, pero todo parece real. El escenario ampliado que propone la “Fábrica” construye un mundo, o varios, por los que en segundos y separados por pocos metros, se puede atravesar Menfis y Tebas, la antigua China o un café parisino de fines del siglo XIX.

Espadas, animales, barcos, trajes, zapatos, pelucas o monumentales esculturas, recrean los universos líricos donde transitan los personajes de las óperas de Verdi, Puccini o Donizetti, cuya música acompaña las puestas.

Un espectáculo accesible para todo público, con información adicional sobre la historia de las obras, la puesta en escena, diseño y ejecución escenotécnica, disponible en cada estación a través de un código QR.

MATERIALIZAR LA ESENCIA DEL ARTE

El Colón como fábrica es una tradición que se remonta a la segunda década del siglo pasado cuando el teatro ya poseía cuerpos estables propios de orquesta, ballet y coro, y talleres de escenografía, utilería, sastrería, zapatería, escultura, maquillaje y peluquería, entre otros, lo que le permitió en la década de 1930 organizar sus propias temporadas.

“Es un teatro fábrica, que produce o puede producir todo lo que se ve arriba del escenario y esta es una orgullosa tradición del Colón de la ciudad de Buenos Aires», subraya Alcaraz.

Una sala lírica que tiene como principales referentes otras europeas como la Scala de Milán, de la que no solo tomó inspiración para la construcción de su emblemático edificio, sino de donde vinieron los primeros escenotécnicos que trabajaron en el Colón.

“La Scala de Milán es una referencia obligada aún hoy para nosotros, pero también lo es la Ópera de París, el Bolshoi de Moscú, la Ópera de Roma, el Real de Madrid”, comenta Alcaraz.

DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN

Hoy son cerca de 400 las personas que trabajan en el área escenotécnica del teatro, que no solo se ocupan de la realización y fabricación de las obras, con un promedio de entre dos y tres meses de producción, sino del trabajo durante la puesta, en cada una de las funciones.

Son oficios que se van “transmitiendo de generación en generación” en los talleres, y que hoy también se enseñan en la carrera de Artes Escenotécnicas del Instituto Superior de Arte del Teatro, donde desde décadas también se forman bailarines, cantantes, regidores y directores de orquesta.

“Hace un poco más de un año hemos abierto la carrera de Artes Escenotécnicas, con la necesidad y el interés de la transmisión de estos oficios, que hacen que la producción del Colón, sea una producción muy requerida y muy admirada por muchas personas, por el grado de preciosismo en su trabajo”, manifiesta Alcaraz.

PATRIMONIO DEL COLÓN

“Colón fábrica” exhibe el patrimonio que permite conocer de cerca los oficios ancestrales del célebre teatro lírico de Buenos Aires. Un espacio mágico que posee los secretos mejor guardados, hoy revelados al público. Una muestra que puede ser disfrutada por adultos y niños: “pasiones, entusiasmos que se despiertan muy tempranamente y que quedan por el resto de la vida”, expresa Alcaraz.

“Venir al Colón Fábrica para disfrutar, para entretenerse, para conocer y tal vez después ir al Teatro Colón a un concierto, una ópera, un ballet, nos parece un muy buen comienzo para ayudar a construir estos nuevos públicos, aquí en Buenos Aires, concluye la directora.

EFE noticias

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