Los adjudicatarios del mercado municipal de Unare, rechazan el convenio firmado entre la alcaldía de Caroní y la empresa de recolección de desechos sólidos y limpieza Fospuca, porque desconocen el pliego tarifario que se está manejando.
Además de esto, estas personas, quienes ejercen actos de comercios desde hace más de cinco años en el lugar, se han visto perjudicados al momento de cumplir con sus tributos.
Los comerciantes entrevistados por el equipo de Nueva Prensa Digital no se niegan a cancelar el servicio de recolección de desechos sólidos ni de rellenos sanitarios, pero piden que se les permita pagar de forma individual el servicio, y así poder conocer las tarifas «desmedidas» que les llegaron en sus recibos.
Petra España, adjudicataria del mercado, explicó que ella además es contadora pública y ha sido el punto de apoyo que han buscado sus demás compañeros, para saber qué hacer ante esta situación que les perjudica a todos.
«La verdad es que yo estoy en las mismas que ellos, no sé qué decirles. Yo pagué el mes de noviembre, pero ya estoy bloqueada para cancelar diciembre y esto me genera una multa», comentó España.
Expresando indignación, la afectada contó que lo que hacen en el mercado apenas les alcanza para sobrevivir, y que cada día es un negocio más que va quedando vacío porque muchos de los adjudicatarios no hacen nada en un día de trabajo.
Tema ambiental
La adjudicataria dijo que a pesar de estar en la época de navidad, para ellos ha sido difícil estos últimos días.
«Todo es como la ley del embudo, nos están arropando con impuestos», indicó España, quien tiene 16 años haciendo vida en el mercado de Unare.
Los desechos sólidos es un tema ambiental, donde ella asegura que les compete a todos por iguales, tanto a los adjudicatarios, como a la comunidad y a la economía informal que se encuentran a los alrededores del mercado.
«Las personas de la economía informal se encargan de echar un basurero detrás del mercado, prenden eso en candela y toda esa contaminación se mete en nuestros locales, contaminando a todos», expresó.
Alcaldía de Caroní
Las personas que se encontraban reunidas en rechazo a la situación, comentaron que no reciben el apoyo por parte de la alcaldía de Caroní.
Estas personas destacaron que lo que reciben son restricciones por parte de los funcionarios de la alcaldía, ya que no pueden vender lo que ellos quieran y tienen un horario establecido para hacerlo.
En el lugar se encontraban unos funcionarios de la alcaldía de Caroní, quienes no quisieron brindar declaraciones al equipo de Nueva Prensa Digital.
Propuesta de los comerciantes
En el colegio de Ingenieros formaron una comisión para tratar el tema que aqueja a una gran población, tanto de comerciantes, empresarios y otros.
«Ahí estamos todos y nos podemos apoyar, yo creo en esa comisión porque hay personas capacitadas, profesionales que son consultores jurídicos y legales» dijo España.
A través de esta comisión, el pasado 22 de diciembre se le fue entregada una carta al ciudadano alcalde del municipio Caroní, Tito Oviedo.
En la misma, las personas le piden que haga público el contrato que realizaron con la empresa de recolección de desechos sólidos Fospuca.
«Sin leer un contrato, y sin saber lo que tú me estás pidiendo, yo estoy atada», destacó España.
Síndico de la municipalidad
Cristian Sifuentes, otro adjudicatario del mercado desde hace más de 30 años, declaró que ellos se reunieron con el síndico de la municipalidad, el director de los mercados del municipio, y el administrador.
Estos les informaron a los comerciantes que habían bajado la cuota de noviembre, «solamente al 50% del costo de lo que iba a pagar el adjudicatario».
Las incertidumbres de los afectados surgen por cómo se están tomando las medidas, que no corresponden por cuánto cobran de manera métrica, algo que se produce por kilo o volumen.
Cristian señaló que el síndico respondió a sus incertidumbres que esto es lo que está implementado hasta los momentos.
«Nos dijo que dentro de unos años posiblemente se va a estudiar una posibilidad, que pueda ser más real en cuanto al servicio que ellos presten», señaló Sifuentes, quien vende medicina natural, y asegura que la basura que él hace en un mes, hay personas que la producen en un día.
Conciencia
En palabras de Sifuentes recalcó que el país necesita un despertar de conciencia, «y no solo tiene que ser a través de esta cantidad de injusticias sociales que estamos viviendo».
Entre tanto, él afirma que la ciudad necesita un servicio a cónsono a lo que se produce, pero que también se necesita otro tipo de cultura, donde exista la transparencia del servicio que es contratado.
«Necesitamos un servicio, pero un servicio que se ajuste a la realidad de nosotros», agregó Sifuentes.
El adjudicatario recalcó que hay que revisar las leyes, porque en el municipio están transgrediéndolas y están pasando por encima de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999).
Comerciales informales
La actividad comercial en el mercado municipal de Unare ha bajado en un gran porcentaje, los adjudicatarios recalcan que «no hay consumidores».
Yuneida Rodríguez, hija de una adjudicataria, indicó que el mercado es un espacio que debería de servir a la ciudad, para que sea más organizada y sus calles también lo estén.
«Lo que se observa a las afueras del mercado son las calles ocupadas por los comerciantes informales, que no pagan tributos y no pagan canon de arrendamiento», expresó.
Asimismo, dijo que ellos dentro del mercado donde no está llegando una población a consumir tienen una carga impositiva.
«Muchos estamos bloqueados porque no hemos cumplido con el servicio de Fospuca, porque al ir a cancelar nuestros tributos, nos encontramos que al no estar registrado con la empresa y no haber cancelado, nos bloquean de los mismos», señaló Rodríguez.
Llama la atención de los afectados que se les están privando de cumplir con un deber de tributos, por aún no registrarse para el servicio de desechos sólidos.
Solicitud
El principal objetivo de los mismos es pagar el servicio de stributoscaroni.gconex.com antes que se cumpla el plazo de la prórroga para no generar multas que «no merecen».
«Esto nos acarrea una multa, que son entre 800 y 900 bolívares, un monto que nosotros no hacemos aquí en un día», manifestó Rodríguez, quien tomó las riendas del negocio de su mamá desde hace seis años.
Los pocos comerciantes que quedan dentro del mercado municipal de Unare, enfatizaron que solo buscan pagar los precios justos, mantener su espacio de trabajo limpio y al día.
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