Imagen de archivo de un oso de peluche entre la destrucción causada por los bombardeos rusos en Borodianka (Ucrania). EFE/ MIGUEL GUTIÉRREZ

Rusia sigue cometiendo crímenes de guerra en Ucrania, con ataques contra civiles, torturas, violencia sexual y de género, y ataques contra infraestructuras energéticas, según dijo hoy una comisión de la ONU que investiga este tipo de crímenes desde el inicio de la invasión y que sigue recogiendo pruebas.

En una presentación ante el Consejo de Derechos Humanos, la comisión informó que ha documentado ataques con armas explosivas contra edificios residenciales, un centro médico en funcionamiento, una estación de ferrocarril, un restaurante, tiendas y almacenes comerciales.

En todos los casos hubo víctimas civiles y se dañaron o destruyeron totalmente instalaciones de servicios básicos, expuso el presidente del grupo investigador, Erik Møse, quien fuera presidente del Tribunal Penal Internacional para Ruanda y exjuez supremo de Noruega.

Según las indagaciones de los comisionados, que han visitado diez veces Ucrania para recoger información de primera mano, ir a los lugares atacados y entrevistar a víctimas, Rusia sigue atacando a los civiles y lugares que gozan de protección por el derecho humanitario internacional.

La comisión -formada también por el profesor colombiano especialista en justicia transicional y la jurista india Vrinda Grover- reconoció ante el Consejo de Derechos Humanos que no tiene ninguna certeza de las causas de la voladura de la presa de Nova Kakovka en junio, que causó una catástrofe ecológica y humana al provocar miles de desplazamientos forzosos y decenas de desaparecidos.

Otra cuestión sobre la que no ha podido llegar a una conclusión es el alcance del traslado a Rusia de niños ucranianos no acompañados organizado por las autoridades de este país.

Dijo que hay falta de claridad y transparencia en relación al número de afectados, las circunstancias y la categoría de niños traslados, lo que puede amenazar el retorno a sus familias.

Por otro lado, las investigaciones que la comisión ha realizado en Jersón y Zaporiyia han revelado un «uso generalizado y sistemático de la tortura por parte de las fuerzas armadas rusas», en particular contra personas acusadas de ser informantes de las fuerzas armadas de Ucrania.

La brutalidad documentada es extrema a tal punto de causar en ocasiones la muerte de las personas torturadas. Además, los investigadores pudieron establecer que en Jersón se perpetró violencia sexual contra mujeres de edades entre 19 y 83 años.

Esta comisión, que fue creada poco después del inicio de la guerra por parte de Rusia, a finales de febrero de 2022, no ha recibido respuesta a ninguna de las comunicaciones que ha remitido al Gobierno de Moscú.

Su segundo mandato anual concluirá el próximo marzo, cuando presentará un informe actualizado al Consejo de Derechos Humanos, que puede decidir prorrogar su misión por un año adicional.

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