Ciudad Guayana.- Día a día se observa como se incrementan las colas fuera de las diferentes farmacias de la ciudad, debido a la búsqueda de medicamentos que emprenden los guayaneses a diario.
Lo que antes era una o dos paradas al mes para comprar medicinas, ahora es un viacrucis diario que enfrentan las personas tratando de conseguir el precio que se ajuste más a su presupuesto.
A pesar que la mayoría busca tratamientos para enfermedades con la que viven a diario como la diabetes, es mayor el número de personas que busca los medicamentos que se prescriben para tratar el COVID-19 que azota a nivel mundial.
Pero la problemática en realidad es el alto costo que tiene la salud en Puerto Ordaz, ya que los medicamentos básicos como el ibuprofeno, puede llegar a tener un costo de BsS. 7.200.000.
“Conseguir medicamentos en medio de esta pandemia se ha vuelto una odisea, porque entre los problemas de gasolina y cumplir el horario de la cuarentena es casi imposible recorrer varias farmacias en busca de un precio más asequible”, comenta Ana González que se encontraba en la cola de FarmaEconomía en el centro de Puerto Ordaz.
Por otra parte, un medicamento que recetan los médicos para tratar el COVID-19 es la azitromicina, un antibiótico de amplio espectro que puede llegar a costar BsS. 9.000.000; lo que le hace a una persona que se encuentre padeciendo de este virus casi imposible adquirirlo.
“Para mi hermano que recientemente se infectó con este virus hemos gastado alrededor de 1000$ en su tratamiento, hemos pedido ayuda a otros familiares que se encuentran fuera del país para poder conseguirle todo, porque con la situación del país no hubiéramos podido comprarle ni siquiera la primera dosis de antibióticos”, señala Yolanda Pérez.
Debido a los altos costos de las medicinas en Venezuela, las personas que sobreviven con salario básico o pocos ingresos se les hace casi imposible adquirir los medicamentos, lo que las convierte en blanco fácil para cualquier virus o enfermedad.
Los dueños de los comercios tratan en lo posible en que las personas cumplan con las normas de bioseguridad, como lo es el uso de tapabocas para ingresar al local, lavarse las manos frecuentemente y mantener el distanciamiento social dentro y fuera del establecimiento.
Marian L. Resplandor
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