Tegucigalpa, Honduras. Con la llegada de Xiomara Castro a la presidencia de Honduras, Latinoamérica continúa desplazándose hacia la izquierda del espectro político, algo que podría consolidarse si se confirman los pronósticos en Colombia y Brasil, con las posibles victorias de Gustavo Petro e Luiz Inácio Lula Da Silva.

Castro, líder del Partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda), se impuso en las elecciones generales del 28 de noviembre con abrumadora mayoría, y además de ser la primera mujer en ganar la presidencia de su país, el jueves estará poniendo fin a doce años consecutivos del conservador Partido Nacional en el poder, los últimos ocho con Juan Orlando Hernández como presidente.

La nueva presidenta, esposa del expresidente Manuel Zelaya, quien fue derrocado el 28 de junio de 2009 cuando promovía reformas constitucionales que la ley le impedía, conoce bien lo que representa la izquierda latinoamericana, a la que su marido llevó a Honduras durante su interrumpido mandato, lo que le reprocharon los opositores políticos conservadores, incluida la empresa privada.

Castro también pondrá fin a más de un siglo de un bipartidismo tradicional conservador marcado por los partidos Nacional y Liberal, este último bajo cuya bandera Manuel Zelaya llegó al poder en enero de 2006.

Con el triunfo de Xiomara Castro, Honduras se pondrá en línea con la izquierda latinoamericana, doce años después de que, tras el golpe de Estado a su marido, su país fuera retirado de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA), a la que entró de la mano de Manuel Zelaya en agosto de 2008.

La diferencia es que ahora, Castro, y su esposo, quien es el coordinador general de Libre, mantienen un discurso moderado y las relaciones con Estados Unidos, que le ha ofrecido apoyo a la presidenta, se están estrechando.

 

NUEVA ERA POLÍTICA PARA HONDURAS

 

El analista hondureño Graco Pérez dijo a Efe que las condiciones actuales en países con gobiernos de izquierda en Latinoamérica «no son las mismas que en el pasado», como cuando Luiz Inácio Lula Da Silva gobernó en Brasil, y Hugo Chávez en Venezuela, y que de Xiomara Castro se espera que haga un gobierno «más pragmático, que piense en función del interés nacional».

 

«Yo espero que estos gobiernos de tendencia de izquierda pasen más de esas visiones, porque ya ha sido demostrado que no han funcionado anteriormente, y que se vuelvan gobiernos más pragmáticos», enfatizó Pérez, experto en Derecho Internacional.

Hasta ahora, los pronósticos en Colombia apuntan a que Gustavo Petro ganaría las elecciones de este año, y que lo mismo sucedería en Brasil con Luiz Inácio Lula Da Silva, lo que en principio pareciera que no tendrá mayor incidencia en Honduras, donde Xiomara Castro, según coinciden Graco Pérez y otros analistas, más bien se podría convertir en líder en Centroamérica.

Pérez enfatizó que Honduras, con Castro a la cabeza, se puede convertir en «un interlocutor válido para el resto de países vecinos, especialmente Nicaragua, El Salvador y Guatemala, con los qué Estados Unidos no tiene las mejores relaciones».

 

EL PESO DE EE.UU. EN LAS RELACIONES CON HONDURAS

 

Además, según el analista, aunque Xiomara Castro pudiera manejar un discurso orientado a la izquierda, «la realidad es totalmente diferente y la evolución histórica no se puede detener».

En todo caso, Pérez percibe, que si el nuevo gobierno que tendrá Honduras quisiera mantenerse en la izquierda, «sería una izquierda democrática, un poco más de centro-izquierda que trabajaría en función del bienestar de la mayoría de la población, no basada en afinidades ideológicas partidarias o simpatías de tipo político».

Otro aspecto importante, señaló el experto, es que políticamente Honduras seguirá manteniendo relaciones diplomáticas con Taiwán, lo que permitiría «detener el avance de China en Centroamérica, incluso de Rusia, particularmente en Nicaragua, dos temas que le preocupan a Estados Unidos».

En la relación con Washington también pesa mucho que Honduras tiene en EE.UU. a su principal socio comercial y en ese país viven más de un millón de inmigrantes hondureños que, solo en 2021, enviaron más de 7.000 millones de dólares en remesas familiares.

Las remesas de los inmigrantes hondureños en 2021 representaron alrededor del 25 % del producto interno bruto del empobrecido país centroamericano, según fuentes oficiales.

EFE noticias

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