Ciudad Guayana. Hace exactamente 50 años, se transmite el primer mensaje a través de ARPANET antecesor del Internet. ARPANET fue una red de computadoras creada por encargo del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.

La transformación del concepto espacio y tiempo fue una de las contribuciones de la primera red de ordenadores. La primera red de ordenadores se creó en 1969 y permitió establecer comunicaciones entre máquinas en distintas universidades.

Cuesta imaginar que algo tan impresionante como Internet pudiera resumirse en un solo folio. El mapa del germen de Internet, ARPANET, no ocupaba más que una hoja DIN A4 y reflejaba los menos de 50 ordenadores que en ese comienzo de Internet estaban conectados entre sí.

Pero más curiosa es todavía la historia de cómo nació ARPANET. Todo ocurrió casi a media noche de un 29 de octubre de 1969, en una reducida sala de la universidad de California (UCLA), y con un mensaje que solo decía «lo».

Buscar en Internet sobre esta historia (de la propia Internet), permitirá encontrar que lo más habitual es que se hable de su origen militar. Técnicamente es correcto ya que ARPANET fue desarrollado por la ARPA (Agencia para Proyectos de Investigación Avanzados), institución que dependía del Departamento de Defensa de EEUU; pero los motivos no fueron militares,  pese a que una de las mentes detrás de algunas de las ideas que ayudaron a crear ARPANET, Paul Baran, trabajaba precisamente con la motivación de que la guerra fría entre EEUU y la URSS no acabara con un bloqueo y destrucción de las comunicaciones y estructuras de control del ejército de EEUU en caso de un ataque nuclear.

En los años 60, dentro de ARPA estaba la Information Processing Techniques Office (IPTO), en aquel momento centrada en sacar todo el partido de los ordenadores dentro de la administración.

Robert Taylor, uno de los padres de Internet inició su andadura en la dirección del IPTO en 1966, y planteó al entonces director de ARPA la posibilidad de conectar entre sí los ordenadores para optimizar su uso.

Con esa estructura de ordenadores en red (idea que sacó de los trabajos previos de J.C.R. Licklider, pionero en 1962 al plantear la posibilidad de interconectar equipos entre sí) la ARPA podría gestionar mejor su presupuesto para ordenadores y no repartir esfuerzos inútilmente sino concentrarlos en pocos pero muy potentes ordenadores conectados entre sí los cuales permitirían compartir recursos y resultados entre investigadores y centros.

Taylor no se quedó solo en el recurso de compartir ordenadores y resultados entre centros como ventaja de su ARPANET.

Si la idea funcionaba la agencia se estaba asegurando poder recurrir a más modelos de ordenadores de diferente tipo sin que la compatibilidad o uso de terminales para acceder a ellos fuera una pesadilla, a la vez que permitía crear una protección frente a fallos, de manera que con la estructura de red no centralizada planteada, si un ordenador fallaba, los demás podrían seguir trabajando.

La propuesta inicial de Taylor consistió en una red de prueba con cuatro nodos que podrían ir ampliando si los resultados les daban la razón. Había nacido ARPANET. Internet estaba en camino.

En California, una visita recomendable está en la sala 3420 Boelter Hall de la Universidad (UCLA). No hay que buscarla como tal porque tras el olvido y hasta su uso como sala común, fue restaurada y pasó a formar parte del Kleinrock Center for Internet Studies (KCIS).

Allí se concentra gran parte de la historia, documentos (no tiene desperdicio la presentación original de ARPANET) y equipos que permitieron establecer el primer nodo entre ordenadores.

Pero en realidad es un fantástico homenaje a Leonard Kleinrock, profesor que en 1969, justo desde esa pequeña sala de la universidad, envió el primer mensaje en ARPANET.

Eran las 10.30 de la noche del 29 de octubre de 1969 cuando desde el ordenador SDS Sigma 7 de dicha sala el profesor Kleinrock envió el mensaje LOGIN al equipo SDS 940 del instituto de investigación de Stanford, ordenador con el que estaba conectado de forma básica.

El mensaje quedó en un curioso «lo» ya que hubo un fallo de transmisión, y no fue hasta una hora después que se pudo completar la transmisión inicial.

Se había producido la primera conexión entre los dos primeros ordenadores dentro de ARPANET. Dos semanas después ya fueron 4 los equipos interconectados, y en dos años, casi setenta. Y ya nadie pudo parar esta revolución.

Redacción SNPD

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