Imagen de archivo de unos médicos en el Hospital de Ndosho en la ciudad de Goma. EFE/ Patricia Martínez

 Un fuerte aumento de los civiles heridos con armas pesadas está saturando los hospitales del este de la República Democrática del Congo (RDC), donde se han recrudecido los combates entre el Ejército y el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), alertó este miércoles el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

«Con el último recrudecimiento de las hostilidades desde principios de febrero, cientos de civiles gravemente heridos, muchos de ellos mujeres y niños, han acudido en masa a centros de salud en (la provincia de) Kivu del Norte, un 40 % de ellos víctimas de bombardeos u otras armas pesadas usadas en áreas urbanas densamente pobladas», dijo en un comunicado Robert Mardini, director general del CICR.

«Es muy probable que el uso de armas explosivas en zonas pobladas -incluyendo cerca de campos de desplazados- tenga efectos indiscriminados, lo que significa que pueden matar y herir a civiles», añadió Mardini, de visita en el país.

El CICR puso como ejemplo la situación en el hospital de Ndosho, en Goma, la capital provincial, que se encuentra a más del doble de su capacidad y tiene que acoger a muchos de sus pacientes incluso en tiendas de campaña.

Según la organización, los heridos llegan montados en motocicletas o transporte público desde la cercana ciudad de Sake, donde se desarrollan enfrentamientos, a sólo unos 30 kilómetros de Goma.

Acnur

«Aunque es vital, la respuesta humanitaria no es la solución (…) La forma más eficaz de reducir el sufrimiento que estamos presenciando es que las partes del conflicto cumplan con sus obligaciones bajo el derecho internacional humanitario», aseveró Mardini.

Desde el resurgimiento de los combates el pasado 7 de febrero en torno a Sake, unas 144.000 personas se han visto obligadas a huir de las afueras de Goma, detalló el pasado 23 de febrero la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).

Mientras continúa el conflicto en esa zona, grupos armados han venido lanzando también ataques contra civiles en los territorios de Beni, en Kivu del Norte, e Irumu, en la vecina provincia de Ituri, según esa agencia de la ONU.

La situación de los nuevos desplazados en el este del país se ve agravada por la apremiante crisis humanitaria preexistente, pues más de siete millones de personas siguen desplazadas en toda la RDC, incluido medio millón de refugiados.

Desde el pasado 1 de octubre, el M23 ha avanzado por varios frentes hasta situarse a unos veinte kilómetros de Goma, una ciudad que ocupó durante diez días en 2012 antes de retirarse por la presión de la comunidad internacional.

Los insurgentes han tomado el control de las carreteras principales que unen el resto del país con esa estratégica capital provincial, de más de un millón de habitantes y base de numerosas ONG internacionales e instituciones de la ONU.

Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU en el país (Monusco).

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