El venezolano Ranger Suárez se ganó una gran reputación de ser imperturbable.
Para bien o para mal, rara vez ha demostrado emoción en sus casi 13 años en la organización de los Filis.
Por eso era evidente que el zurdo veterano no estaba preocupado por el descenso en su velocidad durante su debut de pretemporada el martes pasado, pero eso no significa que otros no estuvieran observando detalladamente su apertura del domingo contra los Orioles.
Resulta que, de hecho, no había motivos para preocuparse.
La velocidad de Suárez estuvo mucho más a la altura con los números de la campaña pasada durante su presentación de tres entradas en la que concedió una carrera rumbo a una victoria de Filadelfia por 12-2 en el BayCare Ballpark.
Su recta de cuatro costuras, que alcanzó un máximo de 90.8 mph en su debut, llegó a 92.4 mph el domingo. Su sinker alcanzó un máximo de 91.9 mph, en comparación con un máximo de 89.3 mph contra los Yankees.
«Como dije antes, la apertura pasada fue la primera, por eso a medida que avanzas y sigues trabajando, ganas más fuerza en tu brazo», explicó Suárez.
«Simplemente, seguirá tomando más fuerza, entonces no estaba preocupado por eso».
No cabe duda, será un alivio para muchos ver que la velocidad de Suárez se normaliza un poco. Pero como señaló sucintamente después de su última presentación: «Pero recuerden, jamás he lanzado con velocidad».
Suárez fue uno de los principales candidatos al Premio Cy Young de la Liga Nacional durante los primeros tres meses de la temporada pasada y ha sido uno de los serpentinero con mayor consistencia en las Grandes Ligas durante los últimos cuatro años.
La alta velocidad ciertamente no fue el principal factor contribuyente a nada de eso, pero muchos de los motivos de ese éxito se notaron el domingo.
Suárez atacó la zona de strike, lanzando 27 de sus 38 lanzamientos para strikes (incluyendo siete strikes cantados). Limitó el contacto fuerte, con el único hit que permitió con un batazo que llevaba una velocidad de salida de 92.3 mph (95 mph se considera un batazo fuerte, según Statcast). No dio bases por bolas y ponchó a dos.
«Me fue bien», dijo Suárez. «Cada pitcheo estuvo donde que quería, lancé cada pitcheo que quería y en la zona de strike donde quería, también. En general, me sentí muy bien hoy».
Incluso la única carrera que Suárez permitió probablemente podría haberse evitado. El puertorriqueño Emmanuel Rivera conectó un doble en la segunda entrada, luego avanzó a la tercera base con un elevado de rutina al muro en del jardín izquierdo que Kyle Schwarber, quien patrullaba el bosque izquierdo por segunda vez en esta pretemporada, atrapó con los pies plantados. Eso permitió que Rivera anotara un bateador después con un elevado de sacrificio.
Schwarber fue titular en el bosque izquierdo apenas cinco encuentros y un total de 41 capítulos la temporada pasada. Es casi seguro que el cañonero no verá tanta acción sobre el terreno este año, pero Thomson espera emplear a Schwarber — ya sea en el jardín izquierdo o en la inicial — cuando quiera darle a otro de sus titulares un día como bateador designado.
«Se veía bien; se movió bien. Solo hay que ponerlo ahí de pie», declaró Thomson. «Estoy planeando, posiblemente, cuando [juguemos] contra Nueva York el viernes, que vuelva a la primera base».
Es lógico que los encuentros esporádicos de Schwarber en los jardines idealmente sean detrás de Suárez o el dominicano Cristopher Sánchez, debido a que ambos tienen la capacidad de mantener la bola dentro del cuadro interior. Suárez ocupó el séptimo lugar el año pasado en porcentaje de rodadas (53.2%), mientras que Sánchez ocupó el cuarto (58.3%).
Pero ni Schwarber como jardinero izquierdo ni el conjunto de Filadelfia necesitan que Suárez sea el fantástico serpentinero que fue al comienzo de la campaña pasada, cuando registró efectividad de 1.75 en sus primeras 15 salidas. Cualquier cosa cercana al abridor que registró promedio de carreras limpias de 3.27 en las últimas cuatro temporadas, incluso con la cifra de 5.65 de la segunda mitad del año pasado, sería más que suficiente para una rotación que también cuenta con Zack Wheeler, Aaron Nola, Sánchez y el peruano-venezolano Jesús Luzardo.
Y para sorpresa de pocos, Suárez para nada está alarmado de que podrá volver a su nivel de siempre en el 2025.
«Nunca perdí la confianza en mí mismo», aseguró Suárez. «Como en todo deporte, el béisbol tiene sus altibajos, entonces pienso que fue solo parte de eso. Se trata de trabajar y seguir adelante este año».
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