Parte III
Puerto Ordaz.-Se acabó el pan de piquito, ya las personas de la tercera edad, o adultos mayores, no tienen el beneficio de viajar gratis en el transporte público, igual deben “bajarse de la mula”.
A la falta de consideración se une, la carencia de benevolencia de los pasajeros. En otros tiempos, muchos cedían el puesto a un anciano o una dama, ahora, cada usuario se hace el loco.
Algunas unidades del transporte público llevan un papel de compromiso firmado por la directiva del transporte público y la alcaldía, pegado en cualquier sitio visible de la unidad, el cual hace saber que los ancianos, estudiantes y personas con discapacidad no pagan.
Algunos colectores vejan y maltratan a los adultos mayores por no cancelar el pasaje, otros los obligan a pagarlo, de lo contrario no lo suben.
La Plaza del Hierro, Casa de la Mujer y La Económica, son sitios “rojos” en donde colectores y colectivos son los que ponen las reglas.
En los terminales improvisados se observa, uno más que otro funcionario de Transporte, Tránsito y Vialidad de Caroní, sin embargo, son como en los juegos de barajas, “de palo”.
Usuarios del transporte público se encuentran a merced de choferes y colectores de los autobuses. Son muy pocos, aquellos trabajadores de las unidades respetuosos y condescendientes.
Existe en la municipalidad la figura del funcionario de Tránsito y Vialidad que se encarga de vigilar y hacer cumplir los decretos del ayuntamiento a favor del usuario, pero algunos se rebuscan con los transportistas y se hacen de la vista gorda.
Ciudadanos de la tercera edad, padecen y sufren por la escasez de efectivo para movilizarse de un lugar a otro, aunado al mal trato en los colectivos.
Bladimir Martínez Ladera
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