Hautacam, Francia.  El danés Jonas Vingegaard (Jumbo Visma) sentenció el Tour de Francia con una magistral exhibición en solitario que le permitió conquistar la jornada reina de los Pirineos disputada entre Lourdes y Hautacam, de 143,2 km, en la que acabó con la resistencia del esloveno Tadej Pogacar, tocado además por una caída.

Golpe de autoridad definitiva de Vingegaard, quien, si no se cruza una desgracia, será el ganador del Tour de Francia 2022. Reforzó el maillot amarillo resistiendo a los ataques de Pogacar y atacando al esloveno en la subida a Hautacam, donde explotó para coronar en solitario y apuntarse su segunda victoria en la «grande boucle». En el Granon asaltó el liderato y hundió a Pogacar, en Pirineos encargó el primer puesto del podio en París.

Gran golpe de autoridad

El golpe de Vingegaard, apoyado por su equipo de principio a fin, sobre todo por un increíble Van Aert, le hizo hincar la rodilla al doble campeón del Tour, Tadej Pogacar, quien entró a pecho descubierto, huyendo del horno, a 1.03 minutos de líder. Después cruzaron Van Aert a 2.10, Geraint Thomas a 2.54, Gaudu a 2.58 , Carlos Verona a 4.18 y Nairo Quintana a 5.22. Gran batacazo para Enric Mas, atrapado por el pánico en el descenso del Aubisque. Llegó a 7.22.

Todo quedó bien claro en la clasificación del Tour 2022. El nuevo monarca, Jonas Vingegaard, alejó a Pogacar a 3.26 y en 8 a Thomas, quien será tercero. El duelo entre Gaudu y Quintana por la cuarta plaza se lo llevó el francés, superior al boyacense.

Fuera del top ten quedó Enric Mas, undécimo a 24.08 minutos. El balear confesó su miedo a las bajadas producto de las caídas sufridas esta temporada.

«Desde las caídas que he tenido tengo un miedo interno que me cuesta superar. Lo he arrastrado todo el Tour. Quiero que se solucione para la Vuelta, espero arreglar este problema», confesó Mas.

Enric mas se hunde en el descenso del aubisque

Jornada crucial para la gloria, el desastre o mantener lo que cada uno tenía. En Lourdes algunos debieron pedir ayuda divina para afrontar el último asalto de montaña, la jornada reina pirenaica, con el Aubisque, el Col de Spandelles y el final en alto de Hautacam. Si se hubiese tratado de una partida de mus, el órdago estaba cantado de antemano, y algún farol que otro. Pero faltaba conocer el nombre de los protagonistas.

 Lo que no es broma es el ritmo frenético del Tour 2022, que lleva camino de batir el récord de velocidad media, establecido en 2021 con 42,9 km/hora. Salida en estampida con Van Aert de espoleta, siempre dando guerra el fenómeno de Herentals. De principio a fin. Inagotable.

En la primera hora se hicieron casi 50 km, el pelotón se rompió en varios sectores, y la primera fuga se concretó camino del Ausbisque con 33 corredores, entre ellos Enric Mas, dispuesto a no llegar a París con su cuenta a cero.

 El ascenso al Aubisque (Especial, 16,4 km al 7,1%) lo dirigió Van Aert, solo superado para coronar por el italiano Ciccone, aspirante a la montaña en la última jornada con puertos. En el grupo marchaban Verona y Mas, bazas del Movistar para salvar el Tour Entre los favoritos se rodaba a la marcha del Jumbo Visma, con 2 gregarios protegiendo a Vingegaard por 1 solo a disposición de Pogacar. Los jefes de la general culminaron a 1.709 metros de altitud a 3.20 de la fuga.

Pogacar atacó y se cayó, Vingegaard se defendió  

En el descenso del Aubisque se descolgó Mas. Efectivamente, no es su Tour ni de lejos. Lo intento por delante Verona, fundidoal final por Van Aert, quien también ordenó a su antojo la subida al inédito Col de Spandelles (1ª, 10,3 km al 8,3 %). El belga, quien quería ganar en el Día Nacional de Bélgica, coronó con Pinot y el colombiano Dani Martínez.

Por detrás Pogacar quemó una traca de ¡¡5 ataques¡¡ para zarandear a Vingegaard. Zarpazos contundentes, cortos, reiterativos. Pero no hubo manera, el danés se pegaba a la rueda de su gran rival como las lapas a las rocas del mar. Ambos se citaron para un cara a cara ya hasta meta. Duelo al sol.

En el descenso esa partida fue de infarto. Tensando Pogacar a punto estuvo de caer Vingeggard, y segundos después fue el esloveno quien aterrizó, levantándose de inmediato con el «culotte» roto dejando al aire una aparatosa herida. No hay dolor. El maillot amarillo no aprovechó para largarse. Espero a su enemigo íntimo, se dieron la mano y siguieron camino del último gran puerto del Tour: Hautacam.

Fiesta del jumbo en Hautacam, Vingegaard sentenció el tour

La emoción que pudiera quedar en la etapa reina pirenaica ya dependía del ascenso a Hautacam (Especial, 13,6 km al 7,8 %), último juez del Tour. El presidente de Francia Emmanuel Macron se apuntó a ver el espectáculo desde el coche del director del Tour, no perdió detalle del festival que organizó el Jumbo Visma con Van Aert y Vingegaard como actores estelares.

  El león esloveno iba herido. En plena subida no se atrevía a atacar, no era el mismo. Vingegaard se percató del gesto agónico de Pogacar. Lanzado por Kuss, el danés enlazo con Van Aert, que abría carrera con Dani Martínez. Gregarios fuera. En pleno horno emergió el maillot amarillo para largarse hasta la gloria.

  La arrancada de Vingegaard se produjo a 4,5 km de meta. Ya no miró atrás. Su rival esloveno se diluía como un azucarillo. Otro día aciago para él, como aquel del Granon, cuando probó el caldo de la derrota. El danés entró con la mano en el corazón, algún beso al aire, Pogacar con el maillot abierto, digno con su herida, batido. Y Van Aert celebrando como propio el triunfo de su jefe de filas. Alegrías y penas. Pero todo quedó en su sitio.

  Este viernes la decimonovena etapa sacará al pelotón de los Pirineos para vivir una jornada de transición entre Castelnau-Magnoac y Cahors, de 188,3 km. Una cita para la reaparición de los esprinters, que tendrán otra opción el domingo en París. Entre medias, el sábado, la crono de Rocamadour. De la cita con el reloj saldrá la foto del podio final.

EFE deportes

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