Barcelona, España.  Ha tenido que pasar una semana y tres días desde la histórica derrota ante el Bayern de Múnich para que los «cambios drásticos» que minutos después de la finalización del partido anunció Josep Maria Bartomeu por fin hayan empezado a producirse de la mano de descartes de jugadores por parte de Ronald Koeman.

El holandés comunicó a Luis Suárez, Rakitic, Arturo Vidal y Umtiti que no cuenta con ellos de cara a la próxima temporada, según publicaron diversos medios el lunes.

En cambio, todo hace indicar que Jordi Alba seguirá y aún no se sabe qué ocurrirá con otras vacas sagradas como Sergio Busquets y Gerard Piqué (quien se ofreció a irse si era necesario).

Hasta ayer lunes, el único cambio que había tenido lugar había sido precisamente el anuncio de Koeman como relevo de Quique Setién, quien antes del fatídico 2-8 de Lisboa ya se daba por sentado que no continuaría dirigiendo al Barcelona.

La marcha de Éric Abidal en la secretaría técnica fue por voluntad propia y su sustituto, Ramon Planes, era su mano derecha desde 2018.

Por otro lado, rápidamente se descartó la dimisión de Bartomeu y su junta directiva, y únicamente se anunció la fecha aproximada de las elecciones (en el primer partido en el Camp Nou después del 15 de marzo) dentro del período establecido por los estatutos del club.

Así, en la primera semana después de la debacle no hubo ningún adiós de un jugador ni ningún fichaje, más allá de los anunciados antes de la eliminación de la Liga de Campeones. Tan solo la filtración de que Leo Messi se ve «más fuera que dentro ahora mismo» después de la reunión con Koeman zarandeó el ‘status quo’ del club.

El domingo los jugadores se harán los tests PCR y el lunes empezarán los entrenamientos del curso 2020-2021 y aún deben moverse muchas cosas para que entonces el Barcelona presente una nueva cara digna de la revolución que se anunció.

De momento habrá cuatro caras nuevas en el terreno de juego, Trincao, Pedri, Matheus Fernandes (carne de cesión) y Pjanic (cuando pueda viajar a Barcelona una vez superado el coronavirus), y un nuevo cuerpo técnico, el de Koeman, concentrado en parar la inercia descendente de los últimos años.

El capítulo de llegadas está encallado por culpa de una tesorería bajo mínimos y un verano marcado por el coronavirus, el cual dificulta las operaciones de grandes cifras. Así, fichajes como los de Lautaro Martínez y Van de Beek son muy complicados a no ser que se consigan intercambios de jugadores.

Una solución para darle otro aire a la plantilla sin hacer grandes inversiones, aparte de los fichajes ya efectuados, es repartir responsabilidades a los jóvenes jugadores como Ansu Fati, Riqui Puig y Ronald Araújo (los tres del filial que Bartomeu anunció que tendrán ficha del primer equipo esta temporada) y confiar en algún jugador que vuelva de una cesión.

En este segundo caso, el único que a día de hoy tiene muchas posibilidades de hacerse un hueco en la plantilla es Coutinho, quien después de conquistar la ‘Champions’ con el Bayern y de ser el autor de dos goles alemanes en el 2-8 ante el Barça, recibió una llamada de Koeman mostrándole su interés.

EFE noticias

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