En la investigación, cuya muestra fue de 1.500 casos en toda la nación caribeña, se encontraron factores que «contribuyen» en generar una condición de vulnerabilidad en la población venezolana.
«En el caso concreto de las dimensiones que conforman una condición de vulnerabilidad, algunas de las encontradas, como muy baja confianza interpersonal, afecto negativo con respecto al país, fuentes de estrés centrado en lo económico, malestar psicológico y físico, duelo, y dificultades de identificación y expresión de emociones, contribuyen a ella», refirió el estudio.
En este sentido, la investigación titulada «PsicoData Venezuela 2023» determinó que 42 % de los encuestados «siente que lo que pasa en su vida está muy determinado por la gente que tiene poder», y al 73 % le entristece pensar en el futuro del país.
Además, prosigue, 79 % siente «rabia» al saber la situación a la que se ha llegado en Venezuela.
Durante la presentación, en la que se explicó que las mujeres, las personas mayores de 65 años y quienes tienen menor nivel educativo son las más vulnerables, el investigador Ángel Oropeza tildó de «lacerante» el hallazgo de que «1 de cada 5 venezolanos entre 18 y 24 años dice que se siente mal psicológicamente».
En cuanto a las fuentes de estrés, la investigación apuntó que el 64,5 % de los venezolanos considera que los problemas económicos que padecen son la mayor fuente de agobio, seguidas de las dificultades de salud, con 15 %; las personales, con 8,5 %, y las políticas con 7,5 %.
Además, se evaluó el apoyo social percibido y se determinó que «el principal apoyo de los venezolanos es, por mucho, su familia», pues el 67 % recurre a este grupo cuando tiene un problema, mientras que el 30 % suele pedir ayuda a sus vecinos.
Los encuestados dijeron saber «que existen instituciones (sociales, políticas, religiosas, deportivas), pero cuando tienen un problema solo el 9 % acude a ellas para pedir ayuda».
Al respecto, Oropeza aseguró que esto muestra una sobrecarga en la familia y un «déficit progresivo del Estado muy importante» en su labor de acompañamiento al desarrollo social.
El estudio recordó que hay factores como la «percepción de bienestar subjetivo, satisfacción personal con la propia vida, sentido de control personal, apoyo social familiar», entre otros, que sirven de «escudos psicológicos» en defensa ante una situación de vulnerabilidad.
No obstante, consideró que «el refuerzo de antídotos de naturaleza psicológica ante la vulnerabilidad, para ser realmente efectivos, tienen que estar acompañados necesariamente de otros incentivos de índole externa, ya propios del ámbito de las políticas públicas y de la organización política y social del país».
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