La etapa que recorrió las calles de Nápoles, con un final con el Vesubio de testigo y el Mar Tirreno de fondo, empezó torcida. A falta de más de 150km para la meta, un accidente colectivo obligó a varios corredores, entre los que se encontraba el propio Gaviria, a cambiar de bicicleta y tener que remar desde el principio.
Pero no fue una etapa tan accidentada como las últimas que están dándose en el Giro. El belga Remco Evenepoel, del Soudal Quick-Step, tomó salida sin problema después de su doble caída de ayer y los ciclistas, a un ritmo medio de 43 km/h por hora, pudieron disfrutar durante 162 km del color de una ciudad que sigue de fiesta por el fútbol.
Solo la baja de última hora por COVID-19 del galo Clement Russo, del Arkea Samsic, puso la nota negativa en la carrera por la Costa Amalfitana.
Se estableció una fuga inicial de cinco ciclistas formada por Alexandre Delettre (Cofidis), Alessandro De Marchi (Jayco), Simon Clarke (Israel), Charlie Quartermann (Corratec) y Francesco Gavazzi (EOLO) que llegó a sacar un máximo de cinco minutos al pelotón, aunque siempre sin riesgo, controlada desde la distancia esperando el momento oportuno para atacar y disputar la verdadera parte importante de la carrera, los 30 kilómetros finales llanos que pusieron fin a una etapa con dos puertos que no pusieron en aprietos a los competidores.
La fuga fue poco a poco mermándo hasta verse reducida a Clarke y De Marchi, que aguantaron hasta los metros finales sabedores de que no iban a llegar con fuerza suficiente a la parte decisiva. Entre tanto, Roglic y Thomas tuvieron problemas con sus bicicletas que les obligaron a parar y cambiar de vehículo, entorpeciendo su carrera a menos de 20km para la meta.
Casi sobre la bocina, mientras Clarke y De Marchi no paraban de girar el cuello para ver cuánto les quedaba al frente, apareció el pelotón para tomar el relevo. Con los velocistas en primera línea de batalla, fue Gaviria el que inició la lanzada, quizá algo pronto aunque siempre fiel a su estilo, marcando el inicio de la pedalada final.
No aguantó los últimos metros el colombiano y fue sobrepasado por un descomunal Pedersen que rubricó su trigésima victoria, al tiempo que se unió al club de los ciclistas que ya conocen la sensación de ganar en las tres grandes vueltas.
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