Miami, Estados Unidos. Científicos de la Universidad del Sur de Florida (USF) descubrieron que la gran velocidad de las medusas se debe a un mecanismo que funciona como si se estuvieran impulsando con ayuda del suelo y que puede eventualmente usarse en la industria automotriz.
«El hecho de que estos simples animales hayan descubierto cómo lograr un impulso de tipo ‘efecto suelo’ en aguas abiertas, lejos de cualquier superficie sólida, tiene el potencial de abrir una gama de nuevas posibilidades para que los vehículos de ingeniería aprovechen este fenómeno», manifestó Brad Gemmell, a cargo del descubrimiento.
Las medusas, conocidas como «el nadador más eficiente del mundo», producen dos anillos de vórtice, que son cuerpos de fluido en forma de rosquilla debajo de sus cuerpos translúcidos, que giran en direcciones opuestas.
Estos anillos aparecen cuando las medusas se aprietan y se vuelven a abrir a lo largo de cada ciclo de nado, lo que proporciona una fuerza de «efecto suelo» como si fueran empujadas por el fondo marino, explicó Gemmell, profesor asociado de biología integrativa.
Detalló que el «efecto suelo» se entiende más ampliamente en las pistas de los aeropuertos.
«Durante el despegue, el aire se aprieta entre el avión y el suelo, lo que genera presión y una fuerza que aumenta el rendimiento», explicó.
Varios grupos de investigación utilizan medusas como modelo para desarrollar vehículos submarinos que pueden equiparse con sensores que monitorean el océano sin interrupciones.
Estos nuevos hallazgos pueden mejorar el desarrollo de estas tecnologías y una mayor comprensión del océano, señaló la universidad en un su página web.
Los experimentos de Gemmell han demostrado que las medusas pueden usar sus dos anillos de vórtice en lugar del suelo.
Los anillos se resisten entre sí, creando una «pared virtual» que proporciona un impulso similar en el rendimiento en comparación con los animales que nadan cerca del fondo.
«Nunca antes se ha demostrado que un animal pueda crear este fenómeno lejos de un límite sólido», subraya la investigación.
En el estudio publicado en «Proceedings of the Royal Society B», Gemmell capturó el movimiento al grabar los movimientos de ocho medusas nadando en un recipiente de filmación de vidrio utilizando una cámara digital de alta velocidad a 1.000 cuadros por segundo.
Las medusas que estaban en movimiento tenían un aumento del 41 % en la velocidad máxima de nado y del 61 % en la distancia acumulada recorrida por ciclo de nado en comparación con las que partían del reposo.
La alta eficiencia de la natación de estos animales también les ayuda a almacenar energía para el crecimiento y la reproducción.
EFE noticias
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