Caracas.-En Venezuela, cada 9 de 10 personas profesan la religión católica. Estimaciones aseguran que los seguidores de esta creencia alcanzan un 30% de la población venezolana.

Sin embargo, existen distintas religiones que se practican en nuestro país como lo es la santería, que es un sistema de cultos que adopta elementos de otras creencias y prácticas formando un llamado «sincretismo religioso», que tiene al Vudú Haitiano como una de sus principales representaciones.

María Lionza en el estado Yaracuy

En la montaña de Sorte, estado Yaracuy. Los espíritus andan «sueltos» o listos para hacerse de cuerpo presente, a través de médiums que hacen su congregación en ese lugar para venerar a una trilogía de dioses vernáculos o las «tres potencias», liderada por María Lionza.

Hay decenas de leyendas que rodean a esta persona, cuya imagen más popular viene por una escultura que representa sobre una danta, conocida en Venezuela como «Tapir», con los brazos levantados sosteniendo un hueso de pelvis femenina.

En el universo de la religión, existe un sin números de ídolos que son adorados por las personas, sin embargo hay un “ídolo” muy particular, popular e interesante que es conocido como el “Malandro Ismael”, quién es el principal protagonista de la “religión” Corte Malandra, esta figura tiene un aspecto muy delincuencial y recibe la misma devoción como cualquier otra figura religiosa venerable.

“Malandro Ismael” es una figura con pinta de antisocial. Tiene puñales, revólveres, usa pañoletas, gorras, lentes de sol, pantalones y camiseta de color bastante llamativos.

No solo los delincuentes son devoto a esta figura, sino también policías que buscan el resguardo espiritual del peligro del oficio, mujeres victirimas de violencia domésticas hasta personas que están en búsqueda de sus familiares desaparecidos.

Santuario de la “Corte malandra”

En el Cementerio General del Sur de Caracas es el escenario principal de este ritual, también es conocido como la “Corte de los caballeros” o “Corte Calé”.

El ritual se caracteriza por ser una adoración santérica basada en la creencia de los jóvenes, que se inspiraron en el cuento de “Robin Hood” en la década de los 60, 70 y 80, robando a los adinerados para luego compartir el botín entre las personas más necesitadas de los barrios de la capital venezolana.

Las vivencias como un grupo con obras de caridad y conocimiento de la magia negra, permitió crear una especia de mito entre los criminales que con su fanatismo los elevaron a un nivel de “santo”.

Los delincuentes que sembraron el terror en el territorio caraqueño fallecieron de manera violenta, en su ley como el “Malandro Ismael”, que según dice la leyenda que vivía en el Barrio El Guarataro y le robaba a las personas con dinero para dárselo a los más pobre.

Ismael Urdaneta conocido como el “Robin Hood venezolano” fue el primer delincuente que con 17 años pasó el juicio de San Pedro y se hizo famoso en su barrio por saquear un camión de harina de maíz y repartirla entre sus vecinos más necesitados.

Urdaneta fue asesinado con un arma blanca en una pelea en la parroquia del 23 de enero, el 2 de junio del año 1963.

Los barrios Lídice y Pinto Salinas pertenecían a su territorio y según era un ladrón inofensivo, noble que robaba bancos para repartir el botín entre los vecinos más necesitados.

En ocasiones, amenazaba a los dueños de abastos y supermercados, mientras que las personas de bajo recursos saqueaban el local y huían cargados de alimentos. Sus devotos piden para que los protejas.

Otros delincuentes que son venerados

Otro de los delincuentes integrantes de la corte, fue “Tomasito”, quien fue baleado en un robo frustrado y sus seguidores lo invocan ante de comer algún crimen.

Cruz Crescencio Mejía fue otro delincuente, que según la leyenda urbana vivió en la década de los 60 y estuvo en prisión al menos en cuatro oportunidades y se fugó en las mismas oportunidades debido a su supuesto pacto con el diablo. Crescencio también es muy popular en la “Corte Malandra” y su alias era “Petróleo crudo”, pues era de tez oscura.

“El Ratón”, otro de los ladrones se decía que tenía poderes mágicos incluso se hacía invisible, bordeando siempre el territorio entre la vida y la muerte en donde algunos espíritus parecían existir todavía. “El Ratón” aconseja a sus devotos en las riñas o ajustes de cuentas.

Estos son algunos delincuentes que luego de su muerte, se convirtieron en santos y son también parte de la corte: Miguelito, Pez Gordo, Luis Sánchez, Juan Hilario, Ramón Freddy M. (se desconoce sí su apellido era Martínez o Machado), William, Yiyo, Jacobo y Antonio, entre otros.

Existen testimonios enigmáticos que se cruzan en las calles por parte de los delincuentes, que se encomiendan a la “Corte Malandra” para que los “santos” los protejan en sus acciones delictivas.

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