Nueva Delhi.- El arresto en la India de la activista medioambiental Disha Ravi, miembro del movimiento medioambiental «Fridays for Future» iniciado por la sueca Greta Thunberg, provocó este lunes una ola de indignación en el país, mientras las fuerzas de seguridad defendieron su actuación.

La Policía de Nueva Delhi detuvo el domingo a Ravi, de 21 años de edad, por participar en la creación de un documento en una red social, compartido por la propia Thunberg, en apoyo a la protesta campesina que tiene lugar en la India desde hace meses para que el Gobierno derogue tres leyes que liberalizan el sector agrícola.

«El objetivo del documento era crear desinformación y descontento contra el Gobierno elegido legítimamente. El documento buscaba amplificar artificialmente informaciones falsas a través de varios tweets», reiteró este lunes el jefe adjunto de la célula de delitos informáticos de la Policía de Nueva Delhi, Prem Nath.

Las autoridades buscan igualmente a otras dos activistas, Nikita Jacob y Shantanu Muluk, acusadas de elaborar también el documento en colaboración con un grupo separatista.

UN INTENTO DE CRIMINALIZAR EL DISENSO

El prominente abogado Prashant Bhushan denunció en un comunicado conjunto, entre cuya veintena de firmas figura la destacada escritora india Arundhati Roy, las «absurdas acusaciones, por decir poco», contra Ravi que suponen «un intento por criminalizar el disenso y las protestas».

Lo que es más grave, según los firmantes, es que la joven de 21 años fue detenida en la ciudad sureña de Bangalore pero fue presentada ante un tribunal en Nueva Delhi y no tuvo acceso a un abogado.

«Estas acciones por parte de la Policía de Nueva Delhi suponen una completa burla del ‘proceso establecido por la ley'», denuncia el comunicado, que califican el arresto de la joven de «ilegal».

La directora de Human Rights Watch (HRW) para el Sur de Asia, Meenakshi Ganguly, afirmó en Twitter que «las autoridades indias deberían acabar con estas acciones arbitrarias contra la disidencia pacífica».

Las críticas a la operación policial también han llovido desde los partidos de la oposición al Gobierno nacionalista hindú del BJP.

El jefe de gobierno de Nueva Delhi y dirigente del Partido del Hombre Común (AAP), Arvind Kejriwal, calificó el arresto de Ravi de «ataque sin precedentes a la democracia».

«Apoyar a los agricultores no es un crimen», recordó Kejriwal.

Miles de campesinos acampan desde finales de noviembre en algunas de las carreteras que dan acceso a Nueva Delhi, en el marco de una ola de manifestaciones contra la reforma agrícola.

Mayoritariamente pacíficas, el pasado 26 de enero, con motivo del Día de la República, una marcha que pretendía bordear la capital degeneró en enfrentamientos que dejaron un agricultor muerto y cientos de heridos, en su mayoría policías.

FRECUENTES ARRESTOS DE ACTIVISTAS

El arresto de Ravi es el último de una serie de detenciones de activistas críticos con el Gobierno en el país asiático.

Varios intelectuales fueron detenidos el año pasado acusados de planear el asesinato del primer ministro, Narendra Modi, o incitar a la violencia durante un evento en la localidad occidental de Bhima Koregaon el 1 de enero de 2018 a favor de los intocables o dalits, miembros del escalafón más bajo del sistema de castas hindú.

Igual suerte corrieron otras jóvenes activistas, como Devangana Kalita y Natasha Narwal, acusadas de fomentar la violencia intercomunitaria entre musulmanes e hindúes el año pasado en la capital en el marco de unas protestas contra una ley de ciudadanía considerada discriminatoria.

«La India bajo el Gobierno de Modi ha visto aparecer en los últimos años una variedad de teorías de la conspiración», en casos «con pruebas virtualmente inexistentes», dijo a Efe el investigador asociado del Centro de Investigación Política (CPR) Asim Ali.

«Estas conspiraciones ayudan al Gobierno a silenciar a los críticos y mantener a la sociedad civil a raya», sentenció.

 

EFE

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