Atenas. – La actuación de la Policía en las protestas multitudinarias tras el accidente ferroviario que dejó 57 muertos en Grecia ha desatado un aluvión de denuncias de excesos de violencia y «barbaridad policial» contra los manifestantes, que en general se comportaron de forma pacífica.
«Culpan directamente al Gobierno por el ataque policial a la gran marcha», titula este lunes el diario griego Efsyn su artículo sobre lo acontecido el pasado fin de semana.
En vídeos que han surgido en las redes sociales se puede ver cómo agentes antidisturbios tiran a manifestantes al suelo con sus escudos o divisar a miles de personas tratando de alejarse de la plaza de Syntagma de Atenas, después de que la Policía tirara gases lacrimógenos contra la multitud.
Hay también filmaciones de una madre con su niño en sus brazos alejándose de Syntagma, con dificultad para respirar por los gases usados por la Policía, o de una patrulla motorizada que irrumpe en la plaza y tira granadas aturdidoras contra la gente.
El principal partido de la oposición, el izquiedrista Syriza, acusó al Gobierno de haber «dado la orden de tirar gases lacrimógenos” contra quienes se manifestaban pacíficamente ayer frente al Parlamento.
La atmósfera en Grecia permanece tensa, tras la ola masiva de manifestaciones en varias ciudades del país, donde decenas de miles han reclamado Justicia y acusado al Gobierno de una negligencia que habría propiciado el grave accidente del pasado martes, dada la falta de medidas de seguridad en el tramo de la vía férrea donde se produjo.
Aunque la mayoría de manifestantes protestó pacíficamente, hubo incidentes con grupos de personas que tiraron cócteles molotov y piedras a los agentes policiales, que respondieron con gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.
Y se espera que continúe la movilización de la población que denuncia la responsabilidad del Estado en el siniestro: para el próximo miércoles, el sindicato de los trabajadores en el sector público, ADEDI, ha convocado una huelga de 24 horas, que se espera irá acompañada de nuevas protestas callejeras.
El Jefe de la estación de la ciudad de Larisa, imputado por homicidio negligente, fue puesto ayer en prisión preventiva tras testificar ante el fiscal adjunto durante casi ocho horas.
Sin embargo, son muchos los que ven también una gran responsabilidad en las autoridades debido a que no han invertido lo suficiente en las vías férreas para garantizar la seguridad del transporte.
El primer ministro, el conservador Kyriakos Mitsotakis, admitió el domingo la falta de medidas de seguridad y sistemas automatizados de control en la red ferroviaria, y pidió «un gran perdón» a todos los griegos.
«No podemos, no queremos y no debemos escondernos detrás del error humano», señaló Mitsotakis en su cuenta de Facebook.
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