Un equipo científico internacional, liderado por la Universidad de Valparaíso (Chile) y en el que participó el Instituto de Astrofísica del archipiélago español de Canarias (IAC), detectó distorsiones en el brillo del disco de una galaxia que podrían deberse al efecto gravitatorio de una desconocida galaxia vecina.
Bautizada con el nombre de GTC-1, la galaxia satélite se descubrióutilizando imágenes ultraprofundas obtenidas con la cámara OSIRIS del Gran Telescopio Canarias, actualmente el telescopio óptico infrarrojo más grande del mundo ubicado en el Observatorio del Roque de los Muchachos en La Palma.
El IAC indicó que el hallazgo proporciona una posible explicación sobre la forma en que la luz disminuye bruscamente en los bordes de los discos de las galaxias, un misterio que ha intrigado a la comunidad científica durante décadas.
El resultado se publica en la revista especializada The Astrophysical Journal.
En 1980 varios equipos científicos encontraron que cuando estudiaban las imágenes de los discos de las galaxias que se muestran de canto, su brillo cae de forma muy brusca en el borde y este decrecimiento súbito de la luz o truncamiento parecía una pista importante sobre la manera en que se forman las galaxias.
Sin embargo, agregó la nota del IAC, se han necesitado varias décadas y la utilización de detectores CCD en las observaciones astronómicas, para comenzar a entender este fenómeno.
En la primera década del nuevo milenio, grupos de investigación comprobaron que el gas en algunos discos de galaxias, y en concreto el gas en el borde de la Vía Láctea, mostraban una estructura acampanada.
Esto se debe a que el gas que está cerca del canto siente menos atracción gravitatoria hacia el plano de la galaxia y se extiende a lo alto, señaló el IAC.
Así que algunos equipos científicos propusieron que, si las estrellas en los discos también formaban una estructura alabeada, el brillo del disco observado de canto mostraría un truncamiento, a diferencia de la misma galaxia vista de cara, si bien no consiguieron encontrar discos acampanados como esperaban.
Ahora, una investigación internacional, liderada por la Universidad de Valparaíso (Chile), ha encontrado la primera evidencia de una galaxia de canto cuyo disco muestra una caída abrupta de su brillo a la vez que un acampanamiento en el borde.
“La primera razón de este descubrimiento se debe a que obtuvimos las imágenes de la galaxia con el mayor telescopio óptico-infrarrojo del mundo, el GTC de 10,4 metros, y en un sitio con un cielo especialmente oscuro y con baja turbulencia atmosférica, la isla canaria de La Palma, lo que nos permitió observar con gran precisión hasta los bordes muy débiles de la galaxia de canto UGC 11859”, explicó Luis Ossa-Fuentes, primer autor del artículo y estudiante de doctorado en la Universidad de Valparaíso.
Añadió que también se tuvo mucho cuidado en el tratamiento de los datos para eliminar los efectos de la luz de la parte más brillante de la galaxia que, de otro modo, hubiera inundado la luz débil del borde.
Alex Borlaff, investigador del NASA Ames Research Center y coautor del artículo, explicó en la nota que los resultados del estudio fueron inesperados porque no solamente encontraron el acampanamiento, sino que además detectaron una pequeña galaxia compañera cerca de UGC 11859, cuyo disco está alabeado en el lado próximo al satélite, «casi seguramente debido a la atracción gravitacional entre las dos”.
El investigador emérito del IAC , John Beckman y coautor del estudio, señalóque han estado intentando comprobar el escenario del alabeo durante mucho tiempo, «por lo que es esperanzador ver un disco acampanado con una caída de su brillo tan clara”.
El equipo de investigación tiene previsto observar próximamente más discos de canto y obtener imágenes profundas, en varios colores, con el fin de explorar cómo la población de estrellas varía desde el centro hasta los bordes de los discos y aprender más sobre cómo se ensamblan las galaxias a lo largo del tiempo.
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