Friedrich Merz, el candidato del bloque conservador y favorito para ganar las elecciones generales en Alemania el 23 de enero, rechaza por el momento nombrar objetivos concretos de gasto en defensa, en medio de un debate reavivado por la reclamación del presidente electo estadounidense, Donald Trump, de subir el mínimo en el seno de la OTAN al 5 % del PIB.

«Lo decisivo es que dentro de la OTAN los Estados dispongan de lo que necesitan para cubrir sus necesidades de defensa», dijo este miércoles Merz en una rueda de prensa al término de una conferencia de la Unión Socialcristiana (CSU), el partido hermano bávaro de su Unión Cristianodemócrata (CDU) en Bad Seeon (sur).

«El 2 % (del PIB) es un umbral mínimo. Lo determinante es que todos podamos defendernos pero no nos veamos obligados a defendernos», señaló y pidió no enredarse en discusiones de cifras que solo funcionan a modo de distracción.

Pese a su posición favorable a reforzar el apoyo militar a Ucrania, Merz, que según todas las encuestas se convertirá en el sucesor del socialdemócrata Olaf Scholz en la Cancillería, ha rehusado hasta ahora proporcionar cifras sobre las partidas que asignaría a defensa o sobre su financiación, aún después de que el candidato de los Verdes, el actual vicecanciller Robert Habeck, llamase a incrementarlo hasta el 3,5 % del PIB.

El conservador matizó en la rueda de prensa que la demanda de Trump parecía responder a «una declaración espontánea hecha en el momento» y no a una «planificación estratégica» del próximo Gobierno estadounidense.

En cualquier caso, destacó la necesidad de una Europa más independiente, así como «adulta y capaz de actuar», en la que Alemania asuma sus responsabilidades y contribuya a asumir un papel global de liderazgo.

«Dentro de unas semanas hay que contar con decisiones disruptivas en Estados Unidos, cuando Trump asuma la Presidencia (20 de enero)», advirtió y señaló que en las últimos días y semanas ya se han podido ver «ejemplos» de lo que esto significa.

Un cambio de curso fundamental

Merz reiteró que si asume el Gobierno se propone realizar una «corrección fundamental de curso», con un «fin de la política económica, un fin de la política migratoria y un fin de la ingenua política exterior» del Ejecutivo encabezado por Scholz.

En el ámbito económico se propone domeñar el «monstruo burocrático» que asfixia tanto a Alemania como la UE, según dijo, así como reformar la prestación social no contributiva para que aquellos que estén en condiciones de trabajar lo hagan, en lugar de vivir de las ayudas.

Además, abogó por «movilizar nuevos recursos de generación de electricidad» en el ámbito de la política energética y poner en marcha una gran reforma fiscal, como parte de la cual se reducirán progresivamente los impuestos a las empresas hasta quedar en el 25 %.

«Estamos experimentando una desindustrialización. Se han perdido 400.000 puestos de trabajo», aseguró, cargando contra el Gobierno de Scholz, y aseguró que el sistema de subvenciones e intervenciones de éste es el opuesto de lo que él defiende personalmente.

Limitar «estrictamente» la migración

Merz aludió también a la necesidad de limitar «estrictamente» la migración, tanto la legal como la irregular y aseveró que con ello no está tratando de copiar a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), segunda en las encuestas.

La cifra de los migrantes que llegan a Alemania es «objetivamente demasiado alta», afirmó el conservador, que llamó a «recuperar el control» sobre la migración para poder resolver problemas en otros ámbitos como la falta de vivienda o de plazas escolares.

Merz se esforzó por distanciarse en particular de los Verdes y de sus planteamientos en economía y migración, después de que durante un tiempo se hubiera especulado con una posible coalición entre ambos partidos.

«La cuestión es si quieren cambiar o no. Si no cambian, se quedarán en la cuneta», afirmó el líder conservador, cuyo partido, según todas las proyecciones, necesitará un socio para gobernar, lo que, excluida la ultraderecha, le deja solo con la opción de Verdes o socialdemócratas.

Según la encuesta más reciente de este martes, el bloque CDU-CSU se podría hacer el próximo 23 de febrero con el 32 % de los votos, seguido de AfD (19 %), socialdemócratas (17 %) y Los Verdes (12 %).

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