Al menos 57 hombres de entre 23 y 72 años, incluidos profesores de escuela, han sido detenidos como sospechosos de “poseer y compartir representaciones de abuso sexual infantil”, durante un operativo europeo que también logró poner a salvo a varios niños que podrían ser victimas de los arrestados.
Según anunció este viernes la agencia Europol, en el operativo participaron 27 países europeos, liderados por Dinamarca, Francia y Polonia, y los detenidos son todos hombres, de diferentes profesiones, con una edad media de 49 años (aunque el más joven tiene 23 y el más mayor 72 años), cuatro de ellos son maestros y uno trabaja con niños con discapacidades.
Fueron detenidos por “descargar y difundir material de abuso sexual infantil utilizando redes peer-to-peer (P2P)” y poseer al mismo tiempo “manuales sobre cómo cometer abuso sexual”, dos características que los lleva a ser considerados “objetivos de alto valor” para Europol.
“Se supone que son los más propensos a abusar físicamente de los niños. Las 57 investigaciones nacionales sobre los delitos cometidos por las personas arrestadas también serán un punto de partida para futuras acciones policiales, y se esperan más detenciones e incautaciones en toda Europa”, señaló la agencia europea de coordinación policial.
Sospechosos de abusar de sus propios hijos
Un curso de formación en Dinamarca en técnicas de investigación compartidas, y las operaciones consiguientes se llevaron a cabo en septiembre de 2023, pero los detalles sólo pueden darse a conocer ahora, dado que la búsqueda de pesquisas sigue en marcha.
Los agentes aprendieron a investigar a “perpetradores sospechosos de abusar de sus propios hijos o al menos poseer y distribuir material que describiera el abuso sexual de niños” y se incautaron «más de 100.000 expedientes ilegales”, pero, como el examen forense de los dispositivos digitales incautados aún está en curso, los investigadores estiman que se encontrarán y confiscarán “un total final de más de un millón de imágenes y vídeos”.
Algunos de los sospechosos arrestados tenían acceso directo a niños a través de su profesión, mientras que diez tienen sus propios hijos. “Al menos un niño se salvó del abuso físico continuo, los otros niños pueden considerarse protegidos de posibles abusos”, subraya Europol, que recuerda que “cada niño cuenta y cada niño salvado es una gran diferencia”.
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