Bruselas, Bélgica.  El crecimiento de la población mundial y el acceso cada vez más restringido a recursos como las tierras cultivables obligan a apostar por la innovación tecnológica y digital para asegurar la producción alimentaria, explicó a Efe el Director adjunto de la División de Economía del Desarrollo Agrícola de la FAO, Marco Sánchez.

Sánchez, de origen costarricense, participó esta semana en una conferencia en Bruselas sobre «La alimentación del futuro» organizada por «Friends of Earth Europe».

Agricultura inteligente

Según la FAO, la revolución agrícola digital permitirá mejorar rendimientos y realizar un uso más eficiente de los recursos hídricos y energéticos para combatir el hambre, un problema que pese a haberse reducido con respecto a décadas anteriores, sigue sin resolverse.

«Para tener una agricultura inteligente hay que innovar y muchos países van a tener que liderar esa agenda», dijo este experto, que añadió que los que se encuentren en una situación más favorable, como la Unión Europea, «van a tener que apoyar a otros» para evitar las desigualdades en esa revolución agrícola.

Según la FAO, la agricultura digital creará sistemas mucho más productivos y adaptables a los cambios, como los que provoca el calentamiento global, e incidirá en una mayor seguridad alimentaria y sostenibilidad.

Técnicas de mejoramiento fitosanitario

El experto reflexionó en declaraciones a Efe sobre las técnicas de edición genética, que permiten por ejemplo producir plantas que consumen menos agua o son más resistentes y que en la UE están sometidas a una legislación muy restrictiva.

Algunas organizaciones ecologistas desconfían de estas tecnologías, que según los productores europeos terminarán llegando al mercado de la UE a través de países donde sí están permitidas, como Estados Unidos o Brasil.

«Desde la FAO no se ven los temas de producción aislados, sino el sistema alimentario como un todo», indicó Sánchez, que consideró que «cualquier intervención en el sistema alimentario va a tener ganadores y perdedores» y que al final lo que hay que hacer es asegurarse «de que haya más ganadores que perdedores».

Las innovaciones tecnológicas «hay que analizarlas en el marco de las disyuntivas que crean. No habrá ninguna intervención (…) que tenga solo a gente contenta», dijo.

Según puntualizó, parte de la resistencia hacia esos métodos viene de aquellos agricultores que «ven que van a tener un acceso muy complicado» a esas tecnologías y subrayó que por ese motivo, «la equidad es muy importante».

Comportamiento de los consumidores

El experto de la FAO habló también de la importancia de un cambio de comportamiento entre los consumidores para mejorar los hábitos alimentarios, que debe ser impulsado por las autoridades.

«Cuando hablamos del problema pensamos en el hambre como lo que se da en África y Asia, sin embargo, un nuevo indicador de la FAO dice que dos billones de personas tienen inseguridad alimentaria moderada o severa» en el mundo, también las regiones más desarrolladas se ven afectadas, dijo.

De esos 2 billones de personas, 1.300 millones, el 8 % de la población en Estados Unidos y Europa, sufre de «inseguridad alimentaria moderada», es decir, «la gente esta comiendo, pero con incertidumbre, de manera interrumpida o comiendo mal, lo que conlleva problemas de malnutrición».

Según el experto la UE, que es la región donde los índices «se ven más reducidos» y el comportamiento es «más homogéneo», puede «dar la pauta en las soluciones a llevar a la práctica para que el problema de la inseguridad moderada se reduzca».

En ese contexto, consideró importante el apoyo de los Veintiocho a terceros países, en el marco de los proyectos al desarrollo.

EFE

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