Houston.-El mejor tenista del mundo, el serbio Novak Djokovic, reconoció tras perder el partido más importante de su brillante carrera profesional, el de completar el ciclo de Grand Slam y el vigésimo primero de los mayores, que se sentía «desilusionado» y «vacío».
Lo reconoció después de haber llorado tras la derrota por 6-4, 6-4 y 6-4 que sufrió ante el ruso Daniil Medvedev, numero uno del mundo, que ganó su primer Abierto de Estados Unidos y título de Grand Slam.
No era para menos la reacción de Djokovic después de ver rota una racha de 27 victorias y 0 en los partidos de Grand Slam y quedarse a las puertas de ponerse al lado del legendario australiano Rod Laver, el último tenista que logró ganar todos los torneos de este circuito en 1969.
Djokovic, de 34 años, admitió que no estaba preparado para no lograr la victoria número 28 de la temporada en Gran Slam, pero sí listo a no conceder ningún paso atrás a largo plazo.
Hay un nuevo grupo de talentos que avanza hacia la cima del deporte, incluido Medvedev, su verdugo en Flushing Meadows, pero él seguirá adelante.
Sí, Djokovic había hablado de antemano de dar todo lo que tenía ante Medvedev el domingo, de tratarlo «como si fuera el último partido de mi carrera». Y, sí, Djokovic salió plano y fue superado. No es la mejor combinación para Djokovic: tuvo un mal día; Medvedev una gran actuación. Entonces, sí, Djokovic encontró todo decepcionante.
Pero de inmediato, tras asimilar que aguantar la presión durante toda una temporada para estar perfecto en los Grand Slam había sido «demasiado para manejar» y era consciente de lo que le había privado la derrota, Djokovic, advirtió que volverá a jugar, y reanudará su trabajo para superar a sus rivales de siempre, el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal.
El objetivo será alcanzar ese título de Grand Slam, el vigésimo primero, que rompa el empate que hasta ahora mantienen las tres grandes leyendas del tenis mundial masculino.
Por tanto, a nadie le debe sorprender que Djokovic al salir de Flushing Meadows en su cabeza estaba ya la idea de que ese objetivo podría conseguirlo perfectamente en unos meses cuando llegue el primer torneo de Grand Slam de la temporada con el Abierto de Australia, el que ya ha ganado nueve veces, incluidas las tres últimas ediciones.
Djokovic lo tiene muy claro al recordar que los rivales a quienes ganó en los tres torneos de Grand Slam de la pasada temporada en los que se proclamó campeón fueron jóvenes valores como el propio Medvedev, 25 años, en Australia, al griego Stefanos Tsitsipas (3), de 23, en Roland Garros y al italiano Matteo Berrettini (7) en Wimbledon.
«Asumo la transición con naturalidad porque es algo inevitable», argumentó Djokovic. «Pero eso no quiere decir que me vaya a apartar de todo lo mucho que todavía puedo aportar junto a los otros veteranos del circuito».
Precisamente, el circuito está ya ansioso por ver cómo volverá Federer, de 40 años, y Nadal, de 35, después de haberse perdido el Abierto de Estados Unidos por lesiones que les obligaron a concluir de forma anticipada la temporada regular.
Será fascinante ver cómo Federer, Nadal y Djokovic harán frente a la nueva generación de figuras que encabeza Medvedev, el austríaco Dominic Thiem, el alemán Alexander Zverev -verdugo de Nole en Tokio 2020-, Tsitsipas y la nueva generación del tenis estadounidense que encabeza Sebastián Korda, de 21 años, y Jenson Brooksby, de 20.
Medvedev habló el domingo por la noche sobre el impulso que espera recibir tras ganar un Grand Slam después de haber perdido en finales anteriores, frente al propio Djokovic, y Nadal.
«Para mi futuro, saber que vencí a alguien que tenía 27-0 en un año en Grand Slams … iba a hacer una gran historia, y que logré detenerlo, definitivamente es algo muy especial, que me da mucha confianza de cara a lo que está por venir», reconoció Medvedev tras proclamarse campeón en Flushing Meadows.
De momento, lo que también supo por boca de Djokovic es que el número uno del mundo seguirá con la mentalidad y confianza de verse siempre campeón en cada torneo de Grand Slam y ya ha adelantado, en medio de la tristeza de una derrota inesperada, que eso para nada iba a cambiar, por el contrario, a partir del 2022 llegará con más «hambre» de triunfos.
«Si hay algo que más me motiva en estos momentos de frustración es sentirme comprometido como nunca antes lo estuve de seguir en la competición, intentar ganar más Grand Slams, ser más competitivo y jugar para mi país», declaró Djokovic antes de abandonar Flushing Meadows.
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