‘Checo’, de 33 años, logró su quinta victoria corre en la F1, la primera del año, al ganar por delante de Verstappen -protagonista de la gran remontada del día, tras haber salido decimoquinto- y del doble campeón mundial asturiano, que, tras recibir la sanción, le cedió el tercer puesto a Russell, en una carrera que el otro español, Carlos Sainz (Ferrari), acabó sexto.
El bravo piloto tapatío lustró aún más un ya brillante palmarés con su primer triunfo de la temporada y no es líder del Mundial porque, tras intercambiarse constantemente los mejores parciales, el que marcó -en el último giro- la vuelta rápida fue ‘Mad Max’. Que comanda con un punto de ventaja (44-43) sobre su compañero mexicano un campeonato en el que un descomunal Alonso -en su segunda juventud, con 41 años- es tercero, con 27 unidades.
Fernando festejó durante unos minutos su ‘cajón’ número cien en la Fórmula Uno, en la que cuenta 32 victorias -la primera hace casi veinte años y la hasta ahora última, hace casi diez-. De hecho, subió al podio y festejó junto a ‘Checo’ y a Verstappen, instantes antes de que le quitaran un delicioso caramelo que no pierde, sin embargo, sabor.
Alonso comentó que le daba «igual», pero que la FIA (Federación Internacional del Automóvil) no había «quedado bien», porque habían tenido «una hora para dar la penalización» que anunciaron justo después de la ceremonia de premios, había sido penalizado inicialmente con cinco segundos, por posición antirreglamentaria en parrilla: en la que estaba mal cuadrado su coche, más de lo debido hacia el lado izquierdo.
El nuevo capitán de Aston Martin cumplió la sanción durante su parada; en la que uno de sus mecánicos tocó antes de ese margen de tiempo su monoplaza, por lo que recibió una segunda sanción, esta vez de diez segundos; que sumados, a su tiempo, implicaron que el de Oviedo tuviera que intercambiar puestos con Russell, tercero al final a orillas del Mar Rojo
Queda prácticamente todo el Mundial por delante, pero el Aston Martin, séptimo coche el año pasado, es segundo ahora mismo. Y en manos del genial piloto asturiano puede aspirar a todo.
Eso sí, los Red Bull, tal y como había advertido durante la víspera el astro astur, «están en otra liga». Y ‘Checo’ hizo sonar, por quinta vez el himno mexicano tras una prueba en la división de honor del automovilismo. Después de haberse anotado, en 2020 y para Racing Point, el Gran Premio de Sakhir (el segundo que organizó Baréin para configurar el Mundial de la pandemia del covid-19); antes de ganar, ya como piloto de la escudería austriaca, los de Azerbaiyán, en 2021; y los de Mónaco y Singapur, el año pasado.
El mexicano, que el sábado había firmado su segunda ‘pole’ en la F1 -en idéntico escenario donde había logrado, el año pasado, la primera- arrancaba primero, con el astro astur a su lado, desde la primera fila. Justo delante de Russelly de Sainz, que lo hacían desde la segunda, por delante del canadiense Lance Stroll -el nuevo compañero de Alonso- y del francés Esteban Ocon, octavo este domingo.
El otro Mercedes, el del séptuple campeón mundial inglés Lewis Hamilton -que acabó quinto- tomó la salida desde la séptima plaza; con el monegasco Charles Leclerc, compañero de Carlos -sancionado con diez puestos en parrilla por haber cambiado ya dos veces la cenrtalita de su SF23- en la duodécima; y Verstappen, a cuyo Red Bull se le rompió un palier en la Q2 -en la que quedó eliminado- desde la sorprendente decimoquinta posición.
Todos salieron con neumático de compuesto medio, salvo Hamilton, que lo hizo con duros; y Leclerc, con blandos.
Fernando pasó a ‘Checo’ en la salida; y por detrás Stroll adelantaba a Sainz, arrebatándole la cuarta plaza. Pero fue penalizado con los primeros cinco segundos, por posición irreglamentaria en parrilla, algo que no le proporcionaba ninguna ventaja, aunque nadie discutió la decisión.
En la cuarta de las 50 vueltas Pérez pasó a Alonso, que se pegó al mexicano, con el que fue abriendo hueco respecto a Russell, Stroll y Sainz, que rodaba quinto. Pero ‘Checo’ no quería compañía y pronto fue dejando atrás a Alonso.
En la duodécima, Verstappen rebasaba a Hamilton y ya era octavo, por detrás de Leclerc, que había ascendido cinco plazas, dos menos que el neerlandés. Sainz paró en la 16, una antes que su compañero, para poner duros; una vuelta antes de que se le parase el Aston Martin a Stroll, retirado en esa vuelta.
La muestra era mínima -tan sólo dos carreras se habían disputado previamente en esta pista-, pero las estadísticas decían que en Yeda había un cien por cien de probabilidades de que entrase un coche de seguridad; y el ‘safety’ entró justo después de ese lance.
Todos entraron rápidamente a box -a instalar el duro- y Alonso cumplió su sanción sin perder posición.
En la 20 se reanudó la carrera, al lanzarse la misma cuando el coche de seguridad había abandonado la pista. ‘Checo’ se volvió a marchar, Fernando aguantó la embestida inicial de Russell y logró despegarse de él; con Verstappen, marcando vueltas rápidas, ya en la cuarta posición, en esos momentos por delante de Hamilton, que -rodando con medios- había dado cuenta de Sainz.
Verstappen pasó a Russell y poco después rebasó también a Alonso; por lo que exactamente tras la primera mitad de la carrera (25 vueltas) los dos Red Bull rodaban por delante del genio astur; que llevaba por detrás a los dos Mercedes (Hamilton era cuarto); y a Carlos, en la sexta posición, por delante de su compañero.
‘Mad Max’ y ‘Checo’, en otra galaxia, se repartían las vueltas rápidas en la segunda pista más larga del calendario -por detrás de Spa-Francorchamps (Bélgica)- y Alonso mantenía el tercer puesto, tirando a tope y aprovechándose de la batalla entre los Mercedes.
A ‘Checo’ la mala suerte ya le había quitado la victoria el año pasado; y el bravo piloto tapatío no iba a dejar pasar la oportunidad esta vez, con el súper-depredador neerlandés apretando todo lo posible por detrás. Fernando era muy consiente de que su guerra era la de mantener la tercera plaza. Y eso hizo, antes de que una nueva sanción de diez segundos le arrebatase un podio que ya había festejado, de forma exultante, con todo su equipo. Segundo en el Mundial de constructores. «Algo impensable hace un mes», como reconoció el crack del Principado justo después de bajarse del coche, cuando aún se creía tercero.
‘Checo’ no permitió que las circunstancias se le volvieran a poner de nuevo en contra, por segundo año seguido, en Arabia Saudí. Completó una tanda final de matrícula de honor, festejó su quinto éxito y colocó de nuevo a México en el epicentro de una cada vez más emocionante F1. Demostrando que, si se descuida Max, el Mundial también lo puede ganar él. Un campeonato en el que cada vez se impone más el idioma español; presente en todas las grandes ceremonias.
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