El ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo, en una foto de archivo. EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda

El Gobierno de Ecuador reiteró este miércoles que no accederá a entregar un salvoconducto a Jorge Glas, exvicepresidente de Rafael Correa (2007-2017) condenado y procesado por corrupción, para que se asile en México, como parte de una eventual negociación para la salida de Venezuela de los opositores asilados en la Embajada de Argentina en Caracas.

En un comunicado difundido a través de las redes sociales, la Presidencia de Ecuador rechazó así la posibilidad planteada el martes por el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo, durante una intervención pública en la que se refirió a las negociaciones que el Ejecutivo colombiano promueve en el caso de los opositores asilados en la sede diplomática argentina.

«Reafirmamos lo que ha sido evidente a todos los ecuatorianos: este tipo de ‘negociaciones’ jamás tendrán cabida en este Gobierno», señaló la Presidencia ecuatoriana.

El martes, Murillo afirmó que el Gobierno del presidente Gustavo Petro lleva a cabo gestiones ante el Gobierno de Venezuela para que dé salvoconductos a los seis antichavistas refugiados desde marzo en la residencia de la Embajada de Argentina en Caracas, custodiada por Brasil.

Gobierno de Venezuela

«Yo fui a Brasil personalmente, por instrucción del presidente (Gustavo) Petro, porque logramos en nuestra conversación con el Gobierno de Venezuela que se dieran los salvoconductos a estas seis personas (…) ellos pedían que Argentina liberara una persona muy cercana al Gobierno de Venezuela y que también se le diera salvoconducto a Jorge Glas en Ecuador», detalló el canciller.

Tras rechazar manera tajante dar el salvoconducto a Glas para que salga de Ecuador sin impedimento, la administración del presidente derechista Daniel Noboa afirmó que su gestión «rompe esquemas para imposibilitar la impunidad», «a diferencia de anteriores administraciones».

El Ejecutivo ecuatoriano hizo mención así al asalto policial ordenado por Noboa el 5 de abril a la Embajada de México en Quito para detener a Glas, quien horas antes había recibido asilo diplomático del Gobierno mexicano, al haberse declarado desde el inicio de las investigaciones en su contra como perseguido político y víctima de ‘lawfare’ (utilización del aparato judicial contra adversarios políticos).

En cambio, durante la administración del anterior presidente, Guillermo Lasso (2021-2023), la exministra correísta María de los Ángeles Duarte, también condenada por corrupción, logró fugarse a Venezuela tras cerca de dos años y medio en la residencia de la Embajada de Argentina, ante la negativa del Gobierno ecuatoriano de entregarle el salvoconducto tras el asilo que le había concedido el Gobierno del expresidente Alberto Fernández.

«El ciudadano Jorge Glas, como otros responsables de delitos que han afectado a las familias ecuatorianas, continuará cumpliendo su condena en prisión, en estricto apego a lo establecido por la ley», concluyó la Presidencia ecuatoriana.

En prisión de máxima seguridad

Desde su detención en la Embajada de México, Glas se encuentra recluido en La Roca, la cárcel de máxima seguridad de Ecuador, donde fue llevado para terminar de cumplir una pena de ocho años de prisión por dos condenas vigentes.

La primera sentencia fue dictada por asociación ilícita (2017) en el caso Odebrecht y la segunda por cohecho en el caso Sobornos, sobre la financiación irregular del entonces movimiento oficialista Alianza País, en la que también fue condenado e inhabilitado Correa, así como también Duarte.

Actualmente Glas enfrenta un nuevo proceso en su contra donde está imputado por presunto peculado (malversación de fondos públicos) en las obras de reconstrucción del devastador terremoto de 2016.

Glas, que fue uno de los hombres fuertes del Gobierno de Correa, tuvo a cargo varios ministros y la Vicepresidencia (2013-2017), que también ocupó durante los primeros meses del mandato presidencial de Lenín Moreno (2017-2021), cuando comenzaron las investigaciones en su contra.

El episodio del asalto a la Embajada de México para su detención causó la rotura de las relaciones entre ambos países y un litigio en la Corte Internacional Penal de la Haya con acusaciones mutuas de haber violado convenios internacionales. En solidaridad con México, Nicaragua y Venezuela también cortaron relaciones con Ecuador.

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