Naciones Unidas.- Estados Unidos insistió este jueves en la necesidad de prorrogar el embargo internacional de armas que pesa sobre Irán y advirtió de que, si eso no ocurre, se daría pie a una «carrera armamentística» en Oriente Medio.
Washington tiene previsto llevar la próxima semana una resolución ante el Consejo de Seguridad de la ONU para prorrogar ese embargo, que expira el próximo 18 de octubre, pero tiene ante sí una importante oposición y un más que probable veto por parte de Rusia y China.
En una conferencia de prensa telefónica, la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Kelly Craft, defendió que Moscú y Pekín tienen que decidir si quieren apoyar al «mayor Estado patrocinador de terrorismo» o proteger la paz y la seguridad.
Craft subrayó que «no hay ningún argumento convincente de paz y seguridad» para decir que Irán debería tener acceso a más armamento.
Según el enviado de Washington para Irán, Brian Hook, sin el embargo se estaría impulsando una «carrera armamentística» en Oriente Medio y una posible desestabilización de toda la región.
Entre otros, Irán mantiene una relación extremadamente difícil con potencias regionales como Israel y Arabia Saudí.
Hook, además, señaló que en los últimos años Teherán ha sido capaz de mover «muchas armas» a sus grupos afiliados en la región a pesar de las prohibiciones impuestas por Naciones Unidas.
«Imaginen lo que podrían hacer a plena luz del día», advirtió, recordando que el levantamiento de estos castigos facilitaría además que Irán vendiese armamento a países como Venezuela.
En caso de que la resolución no salga adelante, EE.UU. asegura que encontrará otras vías para garantizar que el embargo de armas sigue en vigor más allá de octubre.
Aunque ni Craft ni Hook quisieron dar detalles en su conferencia de prensa, todo apunta a que Washington buscaría invocar una cláusula que forma parte del acuerdo nuclear de 2015 y que fue diseñada para volver a imponer sobre Teherán todas las sanciones de la ONU que se habían levantado, pero solo en caso de que se comprobara que había violado el pacto.
La embajadora aseguró en ese sentido que la preferencia de EE.UU. es la extensión de la medida, pero subrayó que se usarán «todas las opciones» para asegurar que el embargo no se levanta.
Las potencias europeas, al igual que China y Rusia, cuestionan que EE.UU. tenga derecho a usar ese mecanismo dado que abandonó el pacto de 2015 y dejó de cumplir con sus compromisos.
Según han advertido varios países, esa vía supondría el fin del acuerdo nuclear, que por ahora Irán y las potencias firmantes -al margen de Estados Unidos- siguen tratando de mantener con vida.
Preguntado por las posibles consecuencias del fin del pacto, que entre otras cosas establece visitas de inspectores internacionales a Irán para garantizar que Teherán cumple, Hook defendió que no se puede caer en un «chantaje nuclear».
Así, subrayó que Irán lleva un tiempo incumpliendo partes del acuerdo -algo que hizo a raíz de la salida estadounidense- y que eso no se puede aceptar «bajo la amenaza de que harán algo peor».
EFE
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