Estados Unidos defendió este martes su derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU -que solo tienen cinco países del mundo- por ser un poder que tienen, pueden usar y por el que no se van a disculpar, según apuntó su embajadora en la ONU, Linda Thomas-Greenfield.
No suele ser habitual que Estados Unidos ni ninguno de los otros países con derecho a veto -Rusia, China, Francia y el Reino Unido- hablen con esta franqueza de un mecanismo cada vez más contestado en el mundo porque tiene paralizado el Consejo de Seguridad, máximo organismo que vela por la paz en el mundo.
«Usamos el veto para promover los intereses del Gobierno estadounidense y así es como lo hemos venido usando de manera consecuente durante muchos, muchos años», aclaró la embajadora Thomas-Greenfield en una rueda de prensa.
África
La diplomática reconoció que «muchos países creen que esto provoca disfunciones», pero recordó que no tiene sentido discutirlo a menos que un país sea miembro permanente del Consejo -es decir, los cinco con derecho a veto-.
«No estamos listos para abandonar el (derecho de) veto», recalcó, aunque sí para, por ejemplo, dar más voz a África creando dos puestos permanentes para el continente africano en el Consejo, que ahora no existen.
El derecho de veto ha sido utilizado en cuatro ocasiones por Estados Unidos desde que comenzó la guerra de Gaza el pasado 7 de octubre, siempre en apoyo de Israel: tres veces para bloquear una resolución que exigía un alto el fuego y una cuarta que pedía a Israel el acceso sin restricciones de ayuda humanitaria a Gaza.
De hecho, el conflicto israelí-palestino ha sido el que ha motivado históricamente un mayor uso del veto -casi el único- por parte de Estados Unidos, mientras que Rusia, el otro país que más lo ha ejercido, lo ha usado para bloquear resoluciones contra ella o para ‘proteger’ a sus aliados en Siria o Corea del Norte.
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