Las delegaciones de alto nivel de Estados Unidos y de México retomarán este viernes en Washington las conversaciones migratorias con las que intentan reducir los cruces fronterizos tras las cifras récord de finales del año pasado.
La comitiva del Gobierno mexicano, liderada por la canciller Alicia Bárcena, viajará a la capital estadounidense para reunirse con sus contrapartes, entre ellos el secretario de Estado, Antony Blinken.
Con este encuentro se reanudarán las conversaciones del pasado 28 de diciembre, cuando ambas delegaciones se reunieron de urgencia en Ciudad de México después de que Estados Unidos cerrara varios cruces fronterizos debido al gran número de llegada de migrantes.
El diálogo entre ambos países transcurre de forma paralela a las negociaciones que mantienen los demócratas y los republicanos en el Senado estadounidense sobre la aprobación de nuevos fondos para la frontera y para Ucrania.
La oposición conservadora ha condicionado la ayuda para Ucrania a que la Administración de Joe Biden restaure el Título 42, la política que aplicó expresidente Donald Trump (2017-2021) para expulsar a México de forma exprés a las personas que llegan a la frontera.
Autoridades migratorias
El pasado noviembre, más de 242.000 personas fueron detenidas por las autoridades migratorias estadounidenses por cruzar la frontera sin permiso y, aunque todavía no son públicos los datos, se cree que diciembre marcó una cifra récord.
Los republicanos han puesto la inmigración como un tema central de cara a las elecciones presidenciales del próximo noviembre y han amenazado con un juicio político contra el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, encargado de la política migratoria.
Fuentes de la Administración estadounidense dijeron en una llamada con periodistas que la crisis migratoria no es un problema de Estados Unidos, sino «un reto regional» dado que nunca en la historia había habido un desplazamiento de personas tan grande en todo el mundo.
En ese sentido, agradecieron al Gobierno mexicano por haber reanudado los vuelos de deportación a Venezuela y por sus esfuerzos para frenar a los migrantes que abordan trenes de carga con destino a Estados Unidos.
El Gobierno estadounidense no espera grandes anuncios en la reunión del viernes, sino «seguir trabajando para ver qué se puede ajustar».
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