El chavismo recobró este domingo el control del Parlamento tras la victoria del chavismo en unas elecciones legislativas boicoteadas por casi toda la oposición y marcadas por una abstención del 69% y un fuerte rechazo internacional.

El Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y sus aliados obtuvieron el 67,6% de los 5.264.104 votos contabilizados en un primer boletín del Consejo Nacional Electoral (CNE).

La abstención alcanzó este 6-D el 69% en unas elecciones a las que estaban convocados más de 20 de los 30 millones de habitantes del país. Muchos centros de votación, donde el uso del tapabocas era obligatorio por la pandemia, estuvieron semivacíos, constató la AFP.

La elección es la mayor abstención en este tipo de comicios desde 2005, cuando solo el 25% de los votantes acudieron a las urnas. La oposición, entonces, decidió marginarse en bloque al alegar que no había condiciones.

«Tenemos una nueva Asamblea Nacional, hemos tenido una tremenda y gigantesca victoria», celebró el presidente Nicolás Maduro en la madrugada de este lunes.

Este triunfo electoral, desconocido por muchos países, consolida el poder de Maduro, que tiene el control del resto de las instituciones del Estado, así como de las Fuerzas Armadas, sostén de su Gobierno.

En 2015, la oposición rompió 15 años de hegemonía chavista y se hizo con el Parlamento, en unas elecciones con 71% de participación.

Los principales partidos políticos de oposición, encabezados por Juan Guaidó, habían tildado las legislativas de «fraude» y llamado a la población a quedarse en casa.

«No hubo una elección ayer», expresó Guaidó en una rueda de prensa este lunes. «Chantajearon a la gente y simplemente la gente no lo aceptó».

Pese al boicot mayoritario, una fracción disidente de la oposición postuló candidatos, incluyendo algunos con tarjetas de los partidos opositores que encabezaban el veto, después de que la oficialista corte suprema entregara su control a adversarios de Guaidó.

La respuesta opositora 

«La respuesta al fraude (…) es actuar en la calle», clamó Guaidó.  El líder opositor convocó un plebiscito, desde este lunes hasta el sábado, para prolongar el período parlamentario hasta que haya «elecciones libres, verificables y transparentes».

Será una consulta simbólica, precisamente porque Maduro ejerce el control territorial e institucional.

La oposición ya había boicoteado las votaciones presidenciales de 2018. 

La entonces mayoría opositora del Parlamento declaró «usurpador» a Maduro por ganar los comicios de forma fraudulenta, y Guaidó reclamó la presidencia encargada de Venezuela con respaldo de medio centenar de países, Estados Unidos entre ellos.

El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, reiteró este 7 de diciembre que Washington «seguirá reconociendo» a Guaidó como presidente interino.

Agencias

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