Sao Paulo, Brasil. El argentino Andrés D’Alessandro ha pensado mucho sobre su futuro durante la pandemia.
A sus 39 años está considerado como uno de los jugadores extranjeros más emblemáticos de la historia de la Liga brasileña gracias a la calidad y solidez mostrada en sus 12 temporadas al servicio del Internacional de Porto Alegre.
Sin embargo, el tiempo pasa y es consciente de que ya tiene «una edad importante» para el fútbol.
Sabe que se acerca el final de una exitosa carrera que le gustaría cerrar en el Inter o en el River Plate argentino, «los dos clubes más importantes» de su vida, según revela en una entrevista con Efe.
El medio ofensivo nacido en Buenos Aires explica cómo se ha sentido durante su confinamiento en Porto Alegre, analiza la «ilógica» vuelta al fútbol en Río de Janeiro y habla sobre su compatriota Lionel Messi, al que no duda en reservarle «un lugar privilegiado en el Olimpo del fútbol».
El «10» del Inter tiene contrato con los colorados hasta diciembre de este año. La directiva del club ya le ha ofrecido la renovación, pero él prefiere esperar un poco y no precipitarse.
«Ya estoy con 39 años y quiero tomarme todo con tranquilidad, no es que vaya a parar de jugar a fin de año, pero quiero ver cómo llego físicamente, mentalmente y después tomar una decisión», dijo el colega del peruano Paolo Guerrero, otro de los extranjeros más destacados futbolistas de la última década en Brasil.
Si solo fuera por las ganas, firmaría «quince años más con el club» de Porto Alegre. Pero aquí entran en juego otros factores.
«Si llego a fin de año cansado y mentalmente no quiero saber más nada, tomaré la decisión. Pero hoy no, hoy todavía me siento con ganas, me siento con fuerza para levantarme temprano porque me gusta, amo el fútbol», explica.
«No me imagino hoy sin el fútbol, es muy difícil imaginar mi vida hoy sin ir a entrenar o sin tener el fútbol en el día a día», añade.
NO LE CIERRA LAS PUERTAS A RIVER
No obstante, tiene claro dónde quiere poner punto y final a su trayectoria.
«Si no pasa nada raro» terminaré en el Inter, pero «no le cierro las puertas a River», el club que «me abrió las puertas del fútbol» y también porque «tengo familia en Argentina y a mis viejos les encantaría por ahí», confiesa.
Es la prueba de que el corazón futbolístico de este ídolo a ambos lados de la frontera está dividido.
Empezó con los ‘millonarios’ a los nueve años de edad, pero lleva ya 12 años vistiendo la camiseta del conjunto de Porto Alegre, donde prácticamente ha criado a sus tres hijos, uno de ellos incluso nació en Brasil, y ha estado recluido con las medidas de aislamiento decretadas por la Alcaldía.
SU PASO POR EL ZARAGOZA
Sin olvidar su paso por España y el Zaragoza, donde aún le reciben con los brazos abiertos y conserva una casa: «Si pudiera vivir en España, viviría porque de la comida ni hablar ¡Dios mío! Una pata de jamón en la cocina…», recuerda entre risas.
Al equipo maño, en el que militó entre 2006 y 2008, dice que lo acompaña por YouTube y espera que este año «suba de una vez por todas» a Primera División.
El centrocampista creativo también militó en el Wolsfburgo alemán (2003-2005) y en el Portsmouth inglés (2006).
En Brasil, desde hace unos dos meses se entrena con Internacional únicamente en el apartado físico, pero asegura que no es fácil pues no tienen un objetivo en el horizonte. Las competiciones regionales están suspendidas en el estado de Rio Grande do Sul y para las nacionales aún no hay fecha de regreso.
«No podemos hacer fútbol, hacemos trabajos a distancia, algunos trabajos con pelota, lo que se puede, físico. Ya estamos cansados de correr, físicamente estamos bien», afirma con sorna.
No entiende como en Rio Grande do Sul, que registra 582 muertes y 25.659 casos de coronavirus, aún no hay partidos y en Río de Janeiro, el segundo estado de Brasil más castigado por la pandemia, con casi 10.000 óbitos y 112.000 contagios, ya hayan retomado el Campeonato Carioca.
«El Flamengo ya jugó un partido, son cosas que no son lógicas, son ilógicas», asevera.
La pandemia trastocó su rutina, pero también su bolsillo, pues la plantilla aceptó un recorte del 25 % de sus salarios por 90 días: «A nadie le gusta que le toquen la plata, pero tenemos que entender cuál es la realidad», argumenta.
Esa rebaja en el sueldo no ha impedido a D’Alessandro, quien ganó el Trofeo Efe al mejor futbolista extranjero del Campeonato Brasileño de 2013, realizar acciones sociales en barrios pobres de Porto Alegre y donaciones de equipamientos para actividades físicas destinados a los profesionales sanitarios de una red hospitalaria.
Aunque es poco optimista cuando dice que el virus «no se va a ir un día para el otro».
ESPINAS CLAVADAS Y MESSI
Más allá del virus, el creativo todavía tiene hambre de títulos. Dice que el próximo le gustaría que fuese una Copa do Brasil o una Liga.
«Jugué dos finales de la Copa do Brasil y perdí las dos, entonces es una espina que tengo», señaló.
En su expediente ya figuran títulos como una Copa Libertadores (2010, con el Inter), otra Sudamericana (2008, también con el Inter), tres torneos Clausura y una Copa de Argentina, pero también con la selección de su país. Entre 2003 y 2011, jugó 28 veces con la Albiceleste.
Fue campeón del mundo Sub’20 en 2001 y medalla de oro en Atenas 2004.
Pudieron ser más, como la Copa América de Perú 2004: «La perdimos por un detalle, un gol de Adriano» en el tiempo de descuento que llevó la final a los penaltis, recuerda.
Los mismos detalles que dejaron a Messi, también campeón mundial Sub’20 (2005) y medalla de oro en Pekín 2008, sin la Copa América de 2007, sin el Mundial en 2014, sin Copa América en 2015 y 2016, aunque D’Alessandro no escatima en elogios para el delantero del Barcelona.
«El hecho de que Leo se mantenga durante tantos años haciendo las cosas que hace, en el mismo nivel, haciendo la misma cantidad de goles, ganando la misma cantidad de títulos, lo ponen en un lugar privilegiado en el Olimpo del fútbol», indica.
«Lo que le valoro mucho es su comportamiento fuera de la cancha también. Es un tipo que mantiene una línea de opinión, una seriedad y eso hace que muchas veces sea ejemplo y referencia para los demás», completa.
El resto son detalles.
EFE noticias
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