Reinaldo J Aguilera R. @raguilera68/@AnalisisPE
No es nada extraño para muchos de nuestra generación, el nombre del presente artículo, todos quienes vimos la famosa serie esperábamos con ansias observar el paso del hidroavión y así escuchar esa voz inconfundible anunciando la llegada de los visitantes con su frase «¡El avión, el avión!» mientras repiqueteaba una campana; de ese modo empezaba “La Isla de la Fantasía” serie de televisión transmitida a finales de los años setenta por la cadena norteamericana ABC.
Lo cierto es que las vivencias diarias de los venezolanos no son una fantasía precisamente, por el contrario estamos inmersos en una pesadilla que pareciera que nunca va a terminar, sin embargo con la última dictadura formal y cruenta que se vivió en el país sucedía lo mismo, se creía que nunca acabaría, pero sucedió.
Según las reseñas históricas, luego de que estallara la huelga de prensa y horas después de esta, la huelga general convocada por la Junta Patriótica el día 21 de enero de 1958, Caracas se detuvo y posteriormente se ejecutó un paro que se cumplió a cabalidad; sin embargo, en muchos sitios se produjeron enfrentamientos con las fuerzas del gobierno que aún para ese momento dirigía el General Marcos Evangelista Pérez Jiménez, así iniciaron según cuentan los últimos momentos de aquella dictadura.
Posteriormente, el día 22 de enero se reunieron altos jefes militares en la Base Naval de Mamo y en la Comandancia General de la Marina en el Centro Simón Bolívar, para considerar la situación; sus deliberaciones concluyen que debe formarse una Junta Militar de Gobierno la que posteriormente pide formalmente la renuncia al Presidente Pérez Jiménez.
Para la noche de ese mismo día 22, la Marina de Guerra y la Guarnición de Caracas se pronunciaron plenamente contra la dictadura y Pérez Jiménez, privado de todo apoyo de las Fuerzas Armadas, decide huir en la madrugada del 23 de enero, rumbo a Ciudad Trujillo, conocida hoy como Santo Domingo, capital de la República Dominicana.
El dictador huyo de Venezuela a bordo del avión presidencial, un monoplano modelo Douglas C-54, conocido popularmente como “La Vaca Sagrada”, en dicho vuelo, fue acompañado del piloto, Mayor (Av) José Cova Rey; su esposa, Flor María Chalbaud Cardona, sus tres hijas, su suegra; Luis Felipe Llovera Páez quien se desempeñaba como Ministro de Relaciones Interiores, Pedro Gutiérrez Alfaro Ministro de Sanidad y Asistencia Social, Antonio Pérez Vivas, Gobernador del Estado Táchira, Raúl Soulés Baldó Secretario General de la Presidencia y Fortunato Herrera de quien se decía fungía de testaferro del presidente.
Como han podido detallar, sólo doce (12) personas partieron en el avión presidencial aquella madrugada, en la que renació la democracia en Venezuela, el pueblo se volcó a las calles de Caracas y varias ciudades del país para celebrar la llegada de la libertad.
Ahora nos preguntamos, hoy luego de los recientes acontecimientos ocurridos en las cercanías de la Base Aérea de la Carlota, sabiendo la cantidad de los involucrados en tantas marramucias, delitos, violaciones de derechos humanos y un sinfín de cosas, todos ellos supuestamente amparados bajo el manto de la “Revolución Bonita”, en el momento que les toque como estuvo a punto de pasar, ¿irán a caber todos en el avión?, no sé ustedes, pero yo sinceramente lo dudo mucho.
Recientemente escuchamos en cadena nacional a un General decir que lo intentaron comprar, a otro que no le preocupa para nada ser responsable de delitos de lesa humanidad, cosa que debiera ser preocupante para ellos, la lista es bien grande y está siendo plenamente documentada aunque muchos lo duden, con lo que quiero afirmar, sin lugar a dudas es que en su momento alguien les hará pagar por esos delitos.
El régimen con el paso de los días y en su terquedad de aferrarse al poder, inventa toda clase de artimañas, lo lamentable es que ya muy pocos le creen, como dicen en los pueblos del oriente de Venezuela, esas son “patadas de ahogado” pretendiendo evitar lo inevitable.
Si bien es cierto que los altos niveles de desigualdad económica y el aumento de la pobreza sumado a la inestabilidad de las instituciones democráticas, hacen más difícil la integración social de los sectores que tradicionalmente son los más discriminados y excluidos, no es menos cierto que en los actuales momentos eso se ha agudizado y sin un cambio real todo será peor con el paso del tiempo.
Por lo pronto la presión internacional es continua, si llega el momento de actuar será sin que nadie sepa ni cuándo, ni cómo, ni dónde, pero puede suceder, con total seguridad algunos podrán tomar el “Avión” al ver terminada su fantasía pero otros no podrán de eso tengan la certeza.
Cerrando sólo decimos que los responsables constitucionalmente de un gobierno no son los del sector castrense nada más y llegado el momento si no se consiguen a acuerdos formales y reales de salida a lo que actualmente ocurre en Venezuela y de lo que ellos son grandes responsables, definitivamente tendrán que asumir las respectivas consecuencias, así de simple y sencillo.
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