La industria del cine le ha dado un trato injusto a quienes han creado escenarios únicos desde la imaginación y han traído a la vida real personajes ficticios que incluso pueden percibirse como reales para el espectador.
Sin embargo, esa magia ha ido desapareciendo mientras los gigantes del entretenimiento no paran de hacer películas mal planificadas.
Por eso, actualmente los filmes de ciencia ficción son visualmente menos inmersivos, trayendo escenas que rompen la coherencia visual de la obra. Es más que evidente cuando algo está hecho en computadora, cuando antes lo real de lo falso era casi imperceptible.
¿Por qué pasa eso? La respuesta es un poco más compleja de lo que creen y para responder la incógnita, primero hay que definir y distinguir «Visual Effects» (VFX) del «Computer-Generated Imagery» (CGI).
El primero consiste en la edición del contenido grabado con implementación de escenarios y personajes creados en computadoras, mientras que el segundo, forma parte de todo eso, pero reducido en la creación de esos elementos ficticios.
Por ejemplo, en el trabajo de VFX se graban a los actores en fondos verdes, para poder incluir el material creado por los artistas del CGI.
Ahora que entienden bien la diferencia entre ellos, se puede despejar la incógnita planteada en un principio; los malos efectos visuales derivan de un conjunto de condiciones que ponen en aprietos a los artistas de VFX.
La razón principal son los cortos plazos de tiempo establecidos por las grandes productoras de cine, junto a un salario paupérrimo para todos los sacrificios que hacen los especialistas de VFX.
Las condiciones laborales son tan malas que obligaron a un grupo de artistas que trabajan para las compañías de Walt Disney Pictures y LightStorm Entertainment a colaborar con «International Alliance of Theatrical Stage Employees» (IATSE); una organización sindicalista de Norteamérica que busca proteger los derechos de todos los involucrados en la producción de obras audiovisuales.
Por suerte, sus esfuerzos dieron frutos cuando, en mayo del 2025, a través de IATSE consiguieron contratos justos con los gigantes del entretenimiento que valoraran su trabajo como artistas.
Aún así, los problemas no terminan allí, ya que muchas veces las películas de ciencia ficción se ven tan ficticias porque excedieron el uso del VFX o porque el director del filme no había trabajado antes con esos recursos gráficos.
Por ejemplo, Ryan Coogler, director de Black Panther (2018) tenía muy poca experiencia con el VFX antes de dirigir la película. Eso ocasionó que el filme en ocasiones perdiera coherencia visual, sobre todo en la pelea final entre T’challa y el villano, Killmonger.
En el enfrentamiento se nota un salto evidente de lo real a lo ficticio con modelos digitales de los personajes que se perciben artificiales y planos cinematográficos que no tenían nada que ver con lo visto previamente.
Casos como este reflejan una problemática mayor que afecta a toda la industria cinematográfica actual.
LA DECADENCIA DEL CINE
Black Panther y otras películas han producido en los espectadores una visión desesperanzadora de la industria cinematográfica, que muchos consideran en declive con tantas producciones carentes de calidad que, saturan las salas del cine. Además, las compañías priorizan la producción masiva de películas por encima de la entrega de largometrajes decentes.
Recientemente, James Gunn, director de Superman (2025) protagonizada por David Corenswet como el esperanzador héroe, declaró a Rolling Stone que «la razón por la que la industria cinematográfica está desapareciendo no es que la gente no quiera ver películas». No es que las pantallas de los hogares sean demasiado buenas. La razón principal es que la gente está haciendo películas sin un guion terminado».
Un comentario que certifica lo que dijo el artista de VFX, Todd Sheridan Perry que trabajó en la producción de Black Panther, una de las tantas películas que conforman el Universo Cinematográfico de Marvel.
“Esto recae directamente sobre los hombros de los estudios que establecen una fecha de estreno y luego trabajan hacia atrás desde ahí. El tiempo no es suficiente para estar a la altura de la ambición del proyecto” dijo Perry en una entrevista dada al medio especializado, Inverse.
Esto deja ver que la industria cinematográfica ha sometido a horas de estrés a estos genios de los efectos especiales que hacen posible lo imposible: traer a la vida real lo imaginario, hacer que la realidad se cruce con la ficción en icónicas películas que han dejado una huella en el cine.
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