La crisis de la industria televisiva en Venezuela ha dejado a los actores en una situación de desamparo. Así lo expresaron Nohely Arteaga, Aroldo Betancourt y otros intérpretes que, con años de trayectoria, enfrentan un panorama donde el respaldo institucional y las oportunidades laborales son escasas.

«No es este momento donde los artistas estamos abandonados, estamos abandonados desde hace mucho tiempo», afirmó Nohely Arteaga en entrevista con la periodista Rocío Higuera, señalando la falta de un sistema de protección para quienes han dedicado su vida al entretenimiento en Venezuela. «Nunca hemos tenido ese brazo que nos acurruque, que nos diga: tienes una pensión, una clínica especial. Estamos desamparados».

Arteaga recordó con nostalgia la época dorada de la televisión nacional, cuando las televisoras producían hasta cuatro telenovelas diarias y el trabajo era inagotable. «Teníamos la novela de la 1, de las 3, de las 9 y de las 10 de la noche. Nos sobraba. Había momentos en los que tenías que ponerte un pañuelo porque ya arrancaba la otra producción». Sin embargo, con el cierre de espacios televisivos y la reducción de proyectos, los actores han tenido que buscar otras alternativas, como las redes sociales y el teatro.

Aroldo Betancourt hizo referencia a la Casa del Artista, una iniciativa creada para apoyar a los trabajadores del espectáculo, pero que, con el tiempo, dejó de cumplir su función. «Sí tuvimos una televisión bonita, histórica. Se fijó una meta importante, valiosa, pero ese momento emblemático se desvaneció», afirmó. Para Betancourt, la institucionalidad que alguna vez brindó apoyo al gremio desapareció con el paso de los años y la intervención gubernamental.

El caso de la actriz Norah Suárez, quien recientemente recibió apoyo de colegas y seguidores debido a problemas de salud y dificultades económicas, ha reavivado el debate sobre la falta de protección para los artistas venezolanos. «Este encuentro con lo de Norah Suárez es algo hermoso, porque tenemos corazón, ese acercamiento con el público», dijo Betancourt.

A pesar de la adversidad, los actores han encontrado en el teatro una vía para mantenerse en escena y seguir conectando con el público. «Ha sido muy rudo», reconoció Arteaga. «Hemos visto compañeros que, con mucho coraje, han tenido que adaptarse a otros empleos. Pero el teatro ha florecido de una manera impresionante, porque tenemos que buscar esa opción. Ha despertado en cada uno de nosotros lo que es la resiliencia».

El panorama para los artistas en Venezuela sigue siendo incierto, pero su compromiso con el arte y su capacidad de adaptación han permitido que, aun en tiempos difíciles, sigan en pie.

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