La compleja situación económica en Venezuela ha permeado en todos los aspectos de la vida cotidiana, y uno de los más afectados es el sistema de pagos. Roberto León Parilli, presidente de la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores de Venezuela (Anauco), alertó sobre la compleja situación a la que se enfrentan los consumidores venezolanos al realizar sus transacciones.

En entrevista con la periodista Shirley Varnagy, Parilli destacó que el sistema de pagos en Venezuela opera bajo una suerte de «sálvese quien pueda». La dolarización de facto, sumada a la ausencia de una regulación clara en materia de divisas y precios, ha generado un escenario caótico en el que los comercios establecen sus propias reglas.

«No hay ninguna regulación, parámetros, cuál es el tipo de cambio, a pesar de que hay un cambio oficial del BCV; no hay normas, esto es una suerte de sálvese quién puede», afirmó Parilli. Esta falta de control ha llevado a prácticas como la imposición de propinas obligatorias y la dificultad para recibir el vuelto exacto.

El dilema de la propina y el 10% adicional

Uno de los puntos más polémicos es la imposición del 10% adicional a la cuenta en muchos establecimientos. «Ese 10 %, famoso, no sabemos para qué es», cuestionó Parilli. Si bien se supone que este monto cubre el servicio, la falta de transparencia en su distribución genera confusión y molestia entre los consumidores.

«Una cosa es que te cobren el servicio y otra es la propina, son temas distintos», aclaró el experto. La propina, según Parilli, es un reconocimiento voluntario al buen servicio, mientras que el 10% adicional parece ser una imposición arbitraria.

La crisis en el sistema de pagos se agrava por la falta de una ley de protección al consumidor efectiva. «Eso no puede ser porque genera una falta de transparencia en las transacciones comunes, del día a día», señaló Parilli. La derogación de leyes como la Ley de Protección al Consumidor y la Ley para la defensa de las personas en el acceso de bienes y servicios ha dejado a los consumidores venezolanos desprotegidos ante las prácticas abusivas de algunos comerciantes.

¿Cuál es la solución?

Para Parilli, la solución pasa por una regulación clara y transparente del sistema de pagos, así como por el fortalecimiento de los organismos encargados de la defensa del consumidor. «Hemos tenido dos caras de la moneda, en algún momento una supervisión mucho mayor a lo que permite una libre competencia, pero también tenemos ahora que es que no se regula ni supervisa nada, ninguna de las dos debería ocurrir», concluyó.

Los consumidores venezolanos se enfrentan a una serie de desafíos en el momento de pagar, desde la dificultad para obtener el vuelto exacto hasta la imposición de cargos adicionales no justificados. La falta de regulación y la ausencia de una ley de protección al consumidor agravan esta situación, dejando a los ciudadanos a merced de las prácticas abusivas de algunos comerciantes.

Es urgente que las autoridades tomen medidas para garantizar los derechos de los consumidores y establecer un sistema de pagos justo y transparente.

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