Infobae
Manuel Ricardo Cristopher Figuera sigue realizando apariciones en diversos medios, en los que trata de desvincularse de los abusos a los derechos humanos cometidos en los organismos en los que trabajaba bajo el régimen de Nicolás Maduro
Hay varias cosas que está revelando la constante aparición pública -vía notas, entrevistas o mensajes- del general de división Manuel Ricardo Cristopher Figuera.
Lo primero es que el ex jefe del Sebin no pareciera que cuenta con la protección de la agencia de inteligencia norteamericana, aunque hayan sido ellos quienes lo recibieron en territorio colombiano en la madrugada del 30 de abril, mientras en las adyacencias de La Carlota un numeroso grupo de militares y funcionarios de inteligencia esperaban con Juan Guaidó la llegada del propio Figuera y otros altos oficiales.
Llama la atención que en los audios de una entrevista que le ofrece a alguien llamado José, a quien señala como periodista pero no se sabe de qué medio de comunicación, insiste en querer demostrar que está en República Dominicana, aún cuando asilados políticos en Colombia aseguran que él sigue en Bogotá.
El general hace gala de marcado egocentrismo y expresa la decepción recibida por parte de algunos oficiales, como el general Ovidio Delgado, jefe de la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI) de Monagas.
Sobre los señalamientos contra él por su responsabilidad en la violación de derechos humanos, respondió que lo injurian y que eso parte de organizaciones no gubernamentales que «lo hacen para justificar los fondos que le asigna la USAID. Algunos periodistas también me han acusado, entiendo que complaciendo peticiones, pero la Comisión de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU que visitó Venezuela y que tuve el honor de atender tiene mejor información de este tema porque nada tengo que ver con los casos más escandalosos que se llevaron en la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) ni en el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) relacionado con los derechos humanos».
A su juicio, la acción del 30 de abril fracasó «por la ambición desmedida de poder del magistrado Maikel Moreno y las mezquindades de los testaferros que estaban en esa mega conspiración».
En cuanto a las reuniones con funcionarios de la Agencia Central de Investigación (CIA) de Estados Unidos, reconoce que se reunió con ellos autorizado por Nicolás Maduro.
Aunque no quiso resaltar la relevancia de la injerencia cubana al relacionar también a los chinos y a los rusos, dejó muy claro el poder de los cubanos cuando destacó que «a estas alturas los servicios de inteligencia cubanos le deben haber dicho (a Maduro) toda la verdad (sobre el 30 de abril)».
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