Miami.- Gracias a la tecnología pudimos charlar con Gabriel Rivera-Barraza, quien sin duda es un orgullo para México y para su natal Durango, del que salió a lo 13 años, al lado de su mamá, con un claro sueño en mente: vivir en la Gran Manzana y alcanzar el spotlight en una de las sociedades más in y complejas de todo el planeta.

Gabriel lo logró, no sólo se dedica a las relaciones públicas de grandes eventos como la séptima gala benéfica anual Glasswing International, sino que fomenta que en Estados Unidos se haga más visible la aportación positiva que los mexicanos en particular y los latinos en general ofrecen.

Rivera-Barraza es autor del libro Nuevo New York, en el que realizó alrededor de 80 entrevistas con neoyorquinos latinoamericanos, algunos nacidos en Estados Unidos, algunos recién inmigrantes, pero que todos tienen en común que han dejado una huella en la industria del arte.

Entre los perfiles que Gabriel detalla en su obra literaria, que coescribió con el fotógrafo peruano Hans Neumann, destaca el de una de nuestras máximas divas del diseño, la aristócrata venezolana Carolina Herrera, por lo que no pudimos perder la oportunidad de pedirle que nos revelara su lado más íntimo.

«Para mí la señora Carolina Herrera es la mujer más espectacular del mundo, tuve oportunidad de verla en la gala benéfica anual Glasswing, en la que ella fue parte, hicimos un cóctel previo.

Nunca he conocido a una dama como ella, que se acuerde de todo el mundo. He tenido la oportunidad de platicar con ella cosas bonitas.

«De quitarnos el miedo, de decirnos: ‘adelante’, siempre con una sonrisa. La cosa más espectacular, siempre en Navidad le mando un pequeño presente por todo lo que he tenido oportunidad de colaborar con ella y me manda una tarjeta escrita por ella, eso habla de que es una mujer completa», considera Rivera-Barraza.

El relacionista público hace eco también de la labor que Carolina hace como mamá, empresaria, esposa y abuela.

«Con una familia estupenda y que tiene un tiempo para cada persona, que se acuerde y que te diga gracias, y que nunca dice que no. Es para mí una leyenda, la mujer más elegante que conozco en mi vida».

Para poner aún más de manifiesto la presencia siempre protagónica que tiene Herrera, Gabriel recuerda un momento en un almuerzo de The Couture Council: «Estaba la ‘crema y nata’ de Nueva York, pero estaba la señora Herrera, sentada, con su traje blanco, su pelo increíble con su impacto social y su energía es una princesa, es royalty».

En la imagen la diseñadora venezolana Carolina Herrera – Fotografía: Cortesía

Un libro poderoso

En Nuevo New York Rivera-Barraza analiza no sólo a la exitosa diseñadora, sino también a otras mujeres como Estrellita Brodsky, la máxima filántropa, considerada la Anna Wintour del arte, y ve en todas y en él mismo un elemento en común para triunfar, que es nada menos que un lugar.

«El secreto es Nueva York, esta oportunidad, la energía que tiene esta ciudad, no la tiene otra, el sueño americano, el arriesgarte, presentarte a esta sociedad, que quizás es la más difícil del mundo… para mí es la bondad y todo el significado cuando llegas a New York que te da para dar el próximo paso que no tiene límite», expresa Rivera-Barraza.

Gabriel nos revela que él y las personalidades que entrevistó para su libro, entre otros Lázaro Hernández de Proenza Schouler y los artistas internacionales Andrés Serrano y Teresita Fernández, todos al pensar lo que significa Nueva York para ellos, fue algo tan poderoso que casi derramaron lágrimas.

Rivera-Barraza tiene ya 21 años en Nueva York y dice que a los 10 se alcanza una maestría en ser neoyorquino y al lograr el tiempo que él tiene ya viviendo, se cuenta con un doctorado; por eso piensa que «la ciudad te descubre», incluidas aquellas familias que fueron forjadoras de la high society neoyorquina.

Gabriel nos detalla el compartir con esa élite, pero más aún estar en un ente vivo como es Nueva York: «Con esa energía he conocido tantas historias, la mía incluida, con esas ilusiones y sueños de hacer tantas cosas en mi carrera, en mi vida personal y eso es lo lindo, que te descubre y hasta te sientes culpable si no haces nada.

«Hasta dormir un siesta porque piensas, ‘¿qué me estoy perdiendo?’. A veces también te cansa y por eso te tienes que ir el verano y el invierno porque estar aquí todo el año puede ser hasta cruel; tienes que estar impecable y a la vanguardia, he viajado mucho y no veo la misma ética que hay acá», finaliza Rivera-Barraza.

Con información de Quién

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