El gobierno de Estados Unidos tiene previsto volar de regreso a Haití a miles de migrantes que se han reunido bajo un puente en la frontera con México en los últimos días, informan los medios estadounidenses.
Los vuelos comenzarán el domingo y podría haber hasta ocho por día, dijeron funcionarios a la agencia de noticias Associated Press (AP).
Al menos 10.000 personas, en su mayoría inmigrantes haitianos, acampan bajo el puente que conecta Del Río, en Texas, con Ciudad Acuña, en México, y se esperan más.
El alcalde de Del Rio, Bruno Lozano, declaró el estado de emergencia.
Describió la situación como «sin precedentes» y «surrealista», y dijo que la patrulla fronteriza se había visto abrumada, y que los migrantes viven en condiciones imposibles.
El campamento improvisado tiene pocos servicios básicos y algunos migrantes, que soportan temperaturas de hasta 37°C, están regresando a México a por suministros.
Se han construido refugios con juncos gigantes y muchos migrantes están usando el río para bañarse y lavar la ropa, informó AP. Según los informes, en el campamento nacieron al menos dos bebés.
El cruce fronterizo en Del Río se cerró temporalmente el viernes «para responder a las necesidades urgentes de seguridad que presenta» la afluencia de migrantes, dijo la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
«Un caos»
Los migrantes son en su mayoría haitianos, pero también hay algunos cubanos, venezolanos y nicaragüenses, dicen los informes de las autoridades.
Muchos de ellos forman parte de una ola más grande de migrantes haitianos que se dirigen al norte, gran parte de los cuales llegaron a Brasil y otras partes de Sudamérica tras el terremoto de 2010.
Los migrantes duermen bajo el puente en penosas condiciones, tras haber cruzado las aguas heladas del río Bravo, a la espera de que las autoridades procesen sus solicitudes de asilo.
Según dijo a Reuters el alcalde de Del Rio, Bruno Lozano, más de 10.500 migrantes se encontraban bajo el Puente Internacional de Del Rio el jueves por la noche.
Ramsés Colón, un solicitante de asilo afrocubano de 41 años que trabajó en Perú para ahorrar dinero para el viaje, dijo que el campamento de Del Río es un «caos».
«Te quedas ahí entre miles con tu boleto, esperando tu turno», le dijo al Washington Post. Se refiere a los boletos con números que las autoridades entregan a los migrantes mientras esperan a ser procesados.
«Parada temporal»
La Patrulla Fronteriza dijo en un comunicado que estaba aumentando la dotación de personal en Del Río para facilitar un «proceso seguro, humano y ordenado».
«Para prevenir lesiones por enfermedades relacionadas con el calor, el área con sombra debajo del Puente Internacional Del Río está sirviendo como un sitio de parada temporal mientras los migrantes esperan ser a llevados bajo la custodia de la USBP (Patrulla Fronteriza de Estados Unidos)», agregó.
Se les proporcionó agua potable, toallas y baños portátiles, agrega el comunicado.
Afluencia récord
Desde que asumió la presidencia en enero, Joe Biden, quien prometió reformar la inmigración estadounidense, ha creado un grupo de trabajo para reunificar a los niños migrantes con sus familias, ha detenido la construcción del muro fronterizo de Donald Trump y ha pedido revisiones de los programas de inmigración legal cancelados por su predecesor.
Pero también está experimentando una afluencia récord de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos, incluidos cientos de niños no acompañados, que están detenidos en centros estadounidenses.
La llegada de migrantes ha crecido significativamente en las últimas semanas.
El mes pasado, las autoridades estadounidenses arrestaron a más de 195.000 migrantes en la frontera con México, de acuerdo con datos del gobierno publicados el miércoles.
Y en julio el número de personas detenidas en la frontera superó los 200.000 por primera vez en 21 años, según muestran las cifras de las autoridades.
BBC
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