“En aquel tiempo, entró Jesús a un poblado y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que se sentó a los pies del Señor y se quedó escuchando su palabra. Mientras tanto Marta estaba absorbida por los muchos quehaceres de la casa. A cierto punto Marta se acercó a Jesús y le dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender? Dile que me ayude.» Pero el Señor le respondió: «Marta, Marta, tú andas preocupada y te pierdes en mil cosas: una sola es necesaria. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada”
Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela
La Iglesia universal celebra hoy la Fiesta, entre otros santos, en honor a San Francisco de Asís, quien es uno de los grandes santos de la historia de la Iglesia. Fundador de la Orden de los Franciscanos y junto con Santa Clara, fundó también a las Clarisas. A él le debemos el primer pesebre en la Navidad de 1223. Su canto a las Creaturas y su oración: “Señor, hazme un instrumento de Tú paz”, son conocidas por miles. Francisco de Asís revive con fuerza en la Iglesia de hoy no sólo por la figura fascinante del Papa Francisco en su humildad y pobreza, ni a causa de los 800 y tantos años del «Perdón de Asís», también por causa de los principales problemas ambientales, por el cuidado a la madre naturaleza, y a las relaciones humanas, retomados por el Papa Francisco en sus encíclicas “LAUDATO Sí” y “FRATELLI TUTTI”. Felicitaciones a la feligresía de las Parroquias San Francisco de Asís, de Upata y de la Urbanización Francisco Avendaño, mejor conocida como los Alacranes.
Y la liturgia del día nos presenta el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Lucas capítulo 10, del verso 38 al verso 42. en el que se narra la llegada de JESÚS, en calidad de huésped, a la casa de dos mujeres. Ellas son Marta que, cumple religiosamente sus deberes de hospitalidad para con el invitado, pero no acude a su Enseñanza, y María que, por el contrario, asume la condición de discípula y se coloca a sus pies, dándole la mayor importancia y dejando todo lo demás en un segundo plano.
A Marta no le queda tiempo para estar con JESÚS, por estar ocupada en los quehaceres de la casa, quizás a muchos de nosotros nos pasa igual, porque le ponemos tanto empeño a la manera de servir y de trabajar, en el hogar o en la comunidad, que nos dejan cansados y vacíos. Hacemos quizás muchas cosas necesarias para el servicio de DIOS y del prójimo, y, sin embargo, una sola es necesaria para todos: escuchar a Cristo cuando se hace presente.
Y es que en la vida de hogar hay gran cantidad de tareas que parecen necesarias, como limpiar, preparar la comida, cuidar de los hijos, etc. Pero si con todo eso ya no queda tiempo para escuchar a DIOS y a los demás, ¿de qué vale esa vida? Por eso es que JESÚS quiere que lo encontremos en nuestro quehacer diario, haciendo uso de nuestra dignidad de sacerdotes comunes que adquirimos en nuestro Bautizo, para alabar a DIOS a toda hora y lugar, llevando a la práctica el lema de San Benito: “Ora y Labora”.
Al confrontarnos con el texto, vemos que se nos plantea un dilema de la vida cristiana, ya que no basta con recibir a JESÚS, porque la mayoría de la gente lo hace, incluso los que no son cristianos. Y por eso es que la actitud o la opción asumida por Marta y María, nos llevan a reflexionar sobre cuál de estas actitudes hemos decidido asumir en nuestra relación con el Maestro y en nuestra relación con nuestros semejantes.
Ya que nuestra vida cristiana, la podríamos estar orientando de una manera equivocada como Marta, no solo en relación con nuestros semejantes, también cuando tratamos de comunicarnos con Nuestro Creador, y vamos multiplicando las palabras, exponiendo cien veces al Señor nuestras inquietudes. También cuando el responsable de la celebración se pone nervioso, preocupado de que los miembros del coro hagan las cosas correctas o por lo que hace o deje de hacer algún miembro de la comunidad. Son signos evidentes de que estamos más preocupados por lo externo, que por entrar verdaderamente en sintonía con DIOS.
De allí lo necesario de entender que orar es tomarse el tiempo para escuchar, para meditar en silencio la Palabra de DIOS, es acallar nuestros deseos para poner más atención en lo que DIOS, quiere decirnos. Recordemos que hay ciertas religiones no cristianas, donde la gente aprende a poner su espíritu en paz y silencio, alcanzando una verdadera serenidad, mientras nosotros a veces entramos a la oración con todas nuestras preocupaciones vanas, y después nos vamos de nuevo con ellas, sin encontrar respuestas a nuestras angustias porque no escuchamos a DIOS
Por eso es que hay que asumir la actitud de María que escucha y se deleita con la Enseñanza del Maestro, ella rompe con el paradigma tradicional sentándose a los pies del Maestro, cosa insólita para la sociedad de su tiempo, que no veían con buenos ojos que las mujeres fueran discípulas, sino que estuvieran ocupadas en los quehaceres de la casa. Y es que, para asumir la Novedad del Reino, tal como lo hizo María, hay que romper paradigmas y estar dispuestos a la Escucha de la Palabra y dejarse transformar por Ella que “Hace Nueva todas las cosas”.
Señor JESÚS, ayúdanos a tomar la decisión correcta para el beneficio de nuestras vidas, que es la escucha de Tu Palabra, y danos la fuerza necesaria para dejar a un lado muchas actividades que consideramos importantes e imprescindibles, pero que no nos alejan de Ti y de Tus Mandamientos. Amén.
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