Ciudad del Vaticano.- El Sínodo de obispos sobre el Amazonas convocado por el papa Francisco del 5 al 27 de octubre vuelve a ser blanco de las críticas de una parte conservadora de la Iglesia por los supuestos errores teológicos e incluso «herejías» que contiene el documento de trabajo.

No ha sentado bien en algunos sectores de la Iglesia, sobre todo los más conservadores, que se dedique un Sínodo especial, una de las reuniones más importantes de la jerarquía eclesial, a solo una pequeña parte del mundo e incluso le han llovido críticas al pontífice argentino por promover una reunión que dañaría «la soberanía de algunos gobiernos».

Los obispos brasileños reunidos en el encuentro preparatorio del Sínodo difundieron un documento final en el que aseguraban que estaban siendo «criminalizados» y tratados como «enemigos de la patria» por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, al considerar que el Sínodo presentaba amenazas a la soberanía nacional.

Además, este Sínodo ha vuelto a ser el objetivo de un ala conservadora de la Iglesia representada por los mismos obispos que desde hace ya varios años critican dura y abiertamente al papa Francisco.

Blog de católicos conservadores y antagonistas de Francisco de varios países divulgaban las conclusiones del cardenal alemán Walter Brandmüller sobre el Instrumentum Laboris, el documento de trabajo del Sínodo, en las que se afirmaba que «contradice la enseñanza vinculante de la Iglesia en puntos decisivos y, por tanto, debe ser calificado como herético» y, dado que pone en discusión el mismo hecho de la revelación divina, «se debe también hablar, además, de apostasía».

Otros obispos como el también cardenal alemán Gerhard Müller, exprefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, denunciaban la visión panteísta que surgía de la lectura del documento de trabajo.

«Una cosmovisión con sus mitos y el mágico ritual de la ‘Madre Naturaleza’, o de sus sacrificios a los ‘dioses’ y espíritus que nos causan un gran temor, o que nos seducen con falsas promesas, no pueden ser un enfoque adecuado para la venida del Dios Trino en Su Palabra y en Su Espíritu Santo», criticó Müller en varias declaraciones a medios alemanes.

El cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, uno de los máximos opositores de Jorge Bergoglio, coincidió con las críticas de Brandmüller subrayando que en este documento «el misterio de la Encarnación redentora de Dios Hijo no solo está oscurecida, sino negada».

El punto más controvertido del documento de trabajo, que se trata solo de un texto en el que se han recogido las propuestas y preocupaciones de la región, es el estudio de los llamados «viri probati», la ordenación sacerdotal de hombres casados para poder garantizar los sacramentos en las zonas más aisladas del mundo.

Aunque en el documento se ha cuidado mucho que no aparezca el término «viri probati», ya que en otras ocasiones se desestimó que pudiera ser aprobado, en el texto se recoge formalmente la sugerencia de ordenar a hombres casados ancianos de fe comprobada para suplir la escasez de sacerdotes.

Pero también se pedía estudiar «el tipo de ministerio oficial que puede ser conferido a la mujer, tomando en cuenta el papel central que hoy desempeñan las mujeres en la Iglesia amazónica».

«Si el próximo Sínodo del Amazonas permitiera la ordenación de hombres casados y creara ‘ministerios’ para mujeres y otras inconsistencias similares, la situación sería extremadamente grave debido a la ruptura con la enseñanza y la tradición católica», aseguraba por su parte el cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino, en su último libro.

Incluso el cardenal Burke y el obispo auxiliar de Astaná, Athanasius Schneider, han convocado a los fieles a 40 días de oración durante la celebración del Sínodo para que no se aprueben dichas «herejías».

Los medios de comunicación del Vaticano se han movilizado masivamente contra estas posiciones con varios artículos de expertos como el jesuita brasileño Adelson Araújo dos Santos, doctor en Teología Espiritual y profesor de la Pontificia universidad Gregoriana de Roma, que asegura que el Sínodo es una «expresión clara y limpia de la fe y la doctrina cristiana, basada teológicamente en la Sagrada Escritura y el magisterio de los papas».

Cristina Cabrejas EFE

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