La OMS (2022) define a la Salud mental como “un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente, y contribuir a la mejora de su comunidad”.

Se estima que 300 millones de personas viven con depresión en el mundo, donde la demografía más afectada son los adolescentes, donde el índice de suicidio demuestra ser más alto entre los 15 y los 29 años.

La mayoría de los casos suelen quedarse sin diagnosticar por diferentes factores, en los que se encuentra la falta de dinero, de información o de servicios médicos de cálidas, pero más que nada predomina la vergüenza.

Predomina el prejuicio en Latinoamérica

 En América latina la salud mental suele verse envuelta en estigmas y tabúes, como si fuera una causa de vergüenza y aislamiento social. Lo que es peor, muchas veces esto le imposibilita a las personas afectadas encontrar un tratamiento de calidad.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) la depresión, la ansiedad y los trastornos del dolor son los más comunes de América latina. Pero también están los trastornos bipolares, cognitivos, alimenticios, se conducta, ect.

“Cuando hablamos de estigma en el tema de salud mental, hablamos de prejuicios o estereotipos que existen, y que muchas veces están basados en creencias erróneas acerca de la salud mental”, afirma la doctora Vania Martínez, psiquiatra y directora del Núcleo Milenio para mejorar la salud mental de adolescentes y jóvenes de Chile. Por ejemplo, es muy común escuchar decir que una persona deprimida solo necesita “echarle ganas a la vida”, o que esta exagerando.

El machismo también es un factor importante según la doctora Msrcela Alzate del Comité Científico de la Asociación Colombiana de Psiquiatría. Existe ese dicho antiguo qué dice que “los hombres no lloran” o no pueden expresar debilidad en general, así como se dice que si una mujer muestra síntomas de trastornos mentales es por que “tiene la regla, son las hormonas o es que las mujeres son muy emocionales”. Todo esto aviva la vergüenza y el miedo a conseguir ayuda profesional.

Violencia institucional en las instalaciones

Gran parte del estigma tambien proviene del maltrato y las condiciones deshumanizantes a las que se someten a los pacientes en centros psiquiátricos y clínicas. Inmovilización y tratamientos  forzosos, encierros, aislamiento, condiciones insalubres y abusos de todo tipo son comunes alrededor del mundo, y muchas están respaldadas por la ley.

Se ha demostrado que estas prácticas coercitivas afectan negativamente a la salud mental y física, empeorando la condición de los pacientes. La OMS ya ha tachado esto como simple crueldad y una violación a los derechos humanos.

Hay pequeñas mejoras

Con el fin de concientizar sobre los problemas en la salud mental actual, la OMS y la Oficina de Derechos Humanos ha lanzado la guía “Salud Mental, derechos Humanos y legislación: orientación y práctica”, el cual busca ayudar a los países a reformar sus legislaciones para poner fin a estas violación es y a la vez aumentar el acceso apropiada al tratamiento, teniendo como base el consentimiento y la dignidad. Tambien ofrece asesoramiento legal para los casos más complejos y propone cambiar los centros institucionalizados en favor de centros comunitarios más seguros.

En Latinoamérica se puede observar como las generaciones más jóvenes están dispuestos a hablar sobre salud mental. Encuestas recientes muestran un mayor grado de aceptación de la problemática de la salud mental como un factor importante en el bienestar de las personas.

Los profesionales también invitan a fomentar la comunicación positiva y dejar de lado los insultos alusivos a los trastornos mentales, especialmente en las redes sociales y medios de comunicación, por que las palabras importan y juegan un papel importante en la percepción de la salud mental.

 

Veronika Parra (Pasante UBA)

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