El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) publicó un informe que ubica al trabajo por cuenta propia como la segunda fuente de empleo en Venezuela, solo por detrás del sector privado, informa Banca y Negocios.

El estudio, realizado en los estados Miranda, Zulia, Aragua y Cojedes, abarcó 1.300 hogares y mostró un ingreso familiar promedio de 231,49 dólares mensuales, con marcadas diferencias regionales.  

Según los datos, el 21,95% de los encuestados vive de empleos informales, mientras que el 19,26% trabaja en el sector privado formal y apenas el 2,58% depende del sector público. 

La tendencia refleja una transformación radical en el mercado laboral venezolano, lejos de la estructura predominante en décadas pasadas.  

Pobreza y salarios mínimos: claves del fenómeno

Manuel Sutherland, economista y PhD en Desarrollo, explica que el auge del trabajo independiente es típico de economías deprimidas. 

«En países con salarios muy bajos, la gente recurre a emprendimientos informales porque no hay oportunidades formales bien remuneradas», señala.  

Venezuela tiene el segundo salario mínimo más bajo del mundo (menos de 2 dólares mensuales), solo superado por Burundi. 

Aunque el gobierno y la Confederación de Trabajadores (CTV) discuten un aumento a 200 dólares, Sutherland atribuye el problema a la destrucción del aparato productivo y la presión fiscal sobre las empresas.  

Inflación y pluriempleo: estrategias de supervivencia

Marielena Alvarado, especialista en gestión humana, destaca que la pérdida del poder adquisitivo obliga a los venezolanos a buscar ingresos alternativos. 

«Muchos combinan empleos formales con negocios informales, como ventas o transporte», explica.  

El informe del OVF proyecta una inflación del 100% para 2025, mientras Alvarado estima que podría llegar al 109%. 

Además, Ecoanalítica reportó que 16,9 millones de familias viven con menos de 300 dólares al mes, lo que impulsa la proliferación de microempresas.  

Ventajas y riesgos de la informalidad

Aunque algunos emprendimientos superan los ingresos de empleos formales (como delivery, que puede generar hasta 800 dólares mensuales), Alvarado advierte sobre la falta de protección social. 

«No tienen acceso a salud, pensiones o vacaciones pagadas», recalca.  

Pese a ello, el fenómeno refleja la resiliencia de la población. 

«Mientras la economía no se recupere, el trabajo por cuenta propia seguirá creciendo», concluye la experta.  

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