Una foto facilitada por el Servicio de Prensa de la Presidencia de Ucrania muestra al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky (d), reuniéndose con el presidente de EE.UU., Donald Trump (i), en la Catedral de San Pedro antes de la misa fúnebre del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro en la Ciudad del Vaticano. El mensaje dirigido al presidente ruso, Vladímir Putin, se da luego de este encuentro, de unos 15 minutos. EFE/EPA/SERVICIO DE PRENSA PRESIDENCIAL

El Vaticano ha demostrado este sábado su sutil forma de hacer diplomacia, «sentando» cara a cara a dos presidentes a la gresca, Donald Trump y Volodímir Zelenski. Todo se consumó dentro de la basílica de San Pedro mientras fuera, en la plaza, miles de fieles aguardaban el funeral del papa Francisco.

El presidente estadounidense había volado hasta Roma para despedir a un pontífice con el que, en realidad, compartía bien poco, al menos en el plano social, pero al cruzar los muros de la Santa Sede se topó con asuntos de trabajo y viejos conocidos.

En las exequias pontificias también estaba un Zelenski que llevaba varios días reclamando otro encuentro con Trump: sobre la mesa, los intentos de Washington para zanjar la invasión rusa en Ucrania y un posible acuerdo sobre las tierras raras.

El magnate republicano había avanzado que podría verse con varios líderes extranjeros en algún momento de su estancia en la Ciudad Eterna, sin aclarar que lo haría con el presidente ucraniano. Sin embargo, el cara a cara se produjo… en medio de un funeral.

La mano vaticana

La primera prueba fue una foto en la que aparecen con semblante serio, sentados dentro del templo frente a frente, en unas sillas con tapizado púrpura que delataban cierta opulencia vaticana.

Después llegaría un vídeo, difundido por redes sociales por Dan Scavino, asesor de Trump. En la grabación, de 22 segundos, se ve cómo ambos presidentes llegan charlando mientras dos hombres con hábito episcopal y fajín violeta colocan sillas para acomodarles.

Todo se consuma en la Capilla del Baptisterio del templo petrino: lo demuestran los mosaicos del suelo, con el escudo pontificio de Juan Pablo II, y el gran cuadro del fondo con Jesús bautizado.

Antes de sentarse, se ve cómo Trump y Zelenski son abordados por el presidente francés Emmanuel Macron, que aprieta la mano del ucraniano y roza la del otro. Los tres charlan, más bien escuchan al magnate, hasta que son abordados por un cuarto actor, el primer ministro británico Keir Starmer.

La Santa Sede, hábil mediadora, no ha aclarado su papel en esta suerte de cumbre improvisada, aunque haya puesto el lugar y hasta las sillas… mientras daba el último adiós a un papa con un funeral en el que Trump desentonó con un poco protocolario traje azul.

«Provechoso»

La primera reacción llegó de la Casa Blanca, que calificó la cita vaticana como «muy productiva». Zelenski, por su parte, la tildó de «buena reunión» para el desarrollo de su defensa contra Rusia.

«Hemos hablado mucho cara a cara. Esperamos resultados en todo lo que hemos cubierto. Proteger las vidas de nuestra gente. Un alto el fuego completo e incondicional. Una paz sólida y duradera que evite otra guerra. Una reunión muy simbólica que tiene potencial de resultar histórica si se logran resultados conjuntos», celebró en X.

Posteriormente, esta primaveral pero luctuosa jornada romana favoreció el encuentro de Zelenski con los testigos de su encuentro con Trump, Macron y Starmer, que ven avances en las negociaciones.

«Poner fin a la guerra en Ucrania. Este es el objetivo que compartimos con el presidente Trump. Ucrania está lista para el alto el fuego incondicional. Ahora le toca al presidente Putin demostrar que realmente quiere la paz», instó el francés en sus redes.

Con el británico, según Downing Street, Zelenski abordó «los avances positivos» de los últimos días para pacificar Ucrania y acordaron «mantener el impulso y seguir trabajando intensamente con los socios internacionales para impulsar las siguientes fases».

¿Nuevas sanciones?

Durante su paso por la Ciudad Eterna, Zelenski, vestido con una chaqueta y camisa negras por el luto papal, también consiguió reunirse con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que en todo momento ha manifestado su total apoyo a Kiev.

«Los líderes han revalidado su respaldo a los esfuerzos del presidente Trump para lograr una paz justa y duradera, capaz de garantizar un futuro de seguridad, soberanía y libertad a Ucrania», según un comunicado del Gobierno italiano.

El resumen de esta cita diplomática, entre funerales y ecos de entendimiento, lo aportó precisamente ella: «Ver a Donald Trump y a Volodímir Zelenski hablando de paz en el funeral del ‘Papa de la paz’ tiene un significado enorme», declaró a ‘La Repubblica’.

Mientras volaba de vuelta a Washington, el presidente amenazaba a Putin, a través de un mensaje en su red Truth Social, con nuevas sanciones porque la situación actual, le hace pensar que «no quiere detener la guerra».

En el sepelio del papa que advirtió de una ‘Tercera Guerra Mundial a trozos» también asistió, entre infinidad de autoridades y miles de fieles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que en medio del vendaval arancelario pudo estrechar la mano de Trump. En la plaza vaticana, ambos acordaron volverse a ver.

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